-Si no friegas con más fuerza esas manchas no van a salir –comentó sentado y cómodo a diferencia de mí.
-Perdóname por no tener fuerza –recalco el "no" para seguir con lo mío.
Si no es un idiota debe saber perfectamente que el agua no está para nada calentita, mis manos me duelen y casi no las siento así que no podré terminar de lavarlo, además como me encuentro de este modo los otros días serán iguales. Ahora sólo imagino que en vez de que esté Patrick allí sentado está Lyric burlándose de mí. Por la rabia y la impotencia que eso me causó friego con más fuerza y más rápido mientras sentía como las lágrimas amenazaban por salir hasta que alguien se gana en mi hombro.
Me tranquilicé de inmediato mirando de reojo encontrándome con Patrick, su pecho lo apoyó en mi espalda mientras que sus manos tibias me tomaban las mías percatándome de la diferencia de tamaño y el color de piel. Aprisionó las mías para comenzar a fregar con más fuerza. Las ganas de llorar habían pasado y mis mejillas se ruborizaron un poco, sin embargo, evitaba mirarle ya que me daría vergüenza llegar hacerlo.
-Joder –susurró llegando un aliento tibio a mi oreja causándome un escalofrío- El agua sí que está helada.
-Y eso que yo he permanecido más tiempo que tú.
Soltó mis manos sorprendiéndome al ganarlas en mi cara, velozmente pesco la sudadera con fuerza tirándosela a la cara mientras me soltaba de su agarre para ponerme de pie y tener una distancia para sentirme más protegida. Este se aleja de la sudadera mojada para dejar a la vista su rostro y cabello mojado, las carcajadas no pude evitarlas pues se veía gracioso. Al darme cuenta que esto era una guerra y me lanzaría aquello comienzo a correr hacia el internado para que no pudiese.
Al estar en una persecución y estar esquivando los árboles y las ramas me sentía completamente genial, alcancé a salir del bosque hallándome en el patio trasero donde habían sólo algunas personas pero por suerte ningún inspector porque algo me dice que no es bueno adentrarse al bosque aunque si lo prohibieran tendría una valla o algo para evitarlo.
-Te... -sentí unas manos en mi abdomen- ¡Tengo!
Me botó al suelo dejando mi espalda contra el suelo y éste ganándose arriba de mí pudiendo ver una sonrisa amenazadora por parte de él y en vez de mojarme con la sudadera me comenzó hacer cosquillas, para mi desgracia era extremadamente cosquillosa así que no tarde en reír intentando zafarme de su agarre pero por la risa no tenía fuerzas más que moverme como si me estuviesen matando.
-No puedo... respirar –soltaba jadeante y entra carcajadas.
-Te lo mereces.
*+*+*+ Patrick +*+*+*
Cada vez se agitaba más desesperada, sus ojos estaban completamente alegres cosa que nunca antes había visto antes en ella algo que me llamó la atención. Hay que admitir que la niñata es linda, incluso cuando se comporta de esa manera tan irritante, además de que me aburra le encuentro algo delicada tanto sentimental como físicamente.
Sabiendo que ya está lo bastante torturada me detengo para presenciar un rostro ruborizado y cansado, daba pequeños jadeos intentando tomar el aire que no podía tomar antes.
Pero qué mal pensado eres Patrick. Me dije a mí mismo tomando la sudadera mojada dejándolo caer en su rostro mientras me levanto para liberarla, por lo cansada se lo quitó de encima sentándose.
-Te odio –dijo después de tomar una bocanada de aire.
-Vaya, que mal me siento, ¿por qué eres tan cruel? Mira que me vas a hacer llorar –solté con sarcasmo con la vista hacia el bosque.
Escuché varias quejas de ésta sólo para ponerse de pie y no demoré en sentir de nuevo aquella sudadera empapada en mi nuca.
-¿Vas a seguir con tu jueguito? –pregunté ya fastidiado regresando mi mirada hacia ella.
-Ya está limpio.
Lo tomé de los hombros revisándolo de atrás para adelante percatándome que no mentía. Sin embargo se lo lancé de vuelta, con la diferencia de las otras veces lo alcanzó a agarrar.
-Pero sigue mojado.
-Sécalo tú.
-Hace la tarea completa.
-¿Y cómo quieres que lo seque?
-Arréglatelas por tu cuenta.
-Pero tú tuviste la genial idea de ir a lavarlo.
No tengo paciencia y ella lo único que logra es sacarme de mis casillas.
-Pero yo no fui quien lo ensució.
-Yo tampoco, fue el inspector.
-¿Y para qué te dejas molestar por Gideon?
Me miró con cara de pocos amigos para soltar un suspiro resignándose tomando la sudadera con ambas manos estrujándola haciendo que harta agua cayese.
-Hazlo con más fuerza –suelto al darme cuenta que no está logrando mucho.
-Déjame –siguió haciéndolo como antes.
Algún día te haré pagar por ser tan molestosa.
Le quito de sus manos la sudadera estrujándolo con más fuerza haciendo que una gran cantidad de agua cayera, antes de que pudiese entregárselo pude percatarme que Skylar ya no encontraba cerca.
Escapó.