Felicidad

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La primera vez que Leo experimentó ese característico cosquilleo agradable en su estómago y el dolor de mejillas por tanto sonreir fue gracias a Ken.

Ken se pasó toda su relación buscando hacer reír a Leo como nunca a su lado, quería que le recordase para siempre como el más alegre y chistoso de los otros cuatro chicos.

La primera vez que Ken pudo escuchar la dulce risa de Leo fue en su segunda cita, cuando habían ido al cine a ver una película de comedia. Como Ken notó que, a pesar de que a él ya le dolía la barriga de tanto reir, Leo aún no había soltado ni una pequeña carcajada, empezó a deslizar la mano por los costados de su cita hasta empezar a hacerle cosquillas.

Al final, ambos acabaron siendo echados del cine, pero porque Leo sucumbió a la tortura de Ken, empezando a reír como un loco.
Al salir, las sonrisas en los rostros de ambos parecían imposibles de borrar. Ken, satisfecho, le había dado un gran y suave beso en los labios, y Leo, aun con la sonrisa en sus labios, correspondió gustoso a los ajenos.

Se dió cuenta de que era felicidad era lo que sentía. Ken le hacía feliz.

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