1.- Noche

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Ellos eran una de las familias de cazadores más eficientes y, por lo tanto, más peligrosas de la ciudad

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Ellos eran una de las familias de cazadores más eficientes y, por lo tanto, más peligrosas de la ciudad. Los Rossblack y sus diferentes ramas se habían dedicado durante generaciones a matar a cuanto nocturno se encontraran.

Si de mí dependiera, yo me habría alejado hacía mucho tiempo de la ciudad, de ellos y de los problemas que acarreaban, pero mi "querido" maestro y creador, Velkian, se empeñaba en mantener el control de esta ciudad y su residencia dentro de ella, aunque eso signifique pelear contra los Rossblack constantemente, lo que me obliga a permanecer aquí.

De una de las ramas secundarias de los Rossblack descendían dos de los más mortíferos cazadores que se hubieran conocido nunca. Sabíamos que sus nombres eran Sergei y Nikolas, y que eran hermanos, pero no más que eso. Eran listos y estaban bien entrenados, no volvían a su guardia hasta que el sol salía y nosotros estábamos obligados a ocultarnos y dormir. Además conocían bien nuestros poderes y debilidades, estaban muy bien equipados para aprovecharse de ellas.

Velkian nos había ordenado a varias de sus creaciones buscar la guarida de los cazadores, o bien encontrar alguna debilidad; pero hasta la fecha lo único que habíamos logrado era que mataran a una gran cantidad de mis hermanos.

Ya casi habían aniquilado a todos las creaciones de Velkian cuando pude encontrar una pequeña oportunidad:

Aquella noche me percaté de un chico que acompañaba a Sergei y a Nikolas, debería tener alrededor de 20 años y aunque compartía la gran altura de sus primos, se le veía un poco más delgado, fibroso, y no emanaba aquella promesa de agresividad y violencia. Era casi tan mortífero como ellos a pesar de ser una de las primeras noches en que salía a cazar, según alcancé a escuchar de la plática que mantenía con sus primos. Sabía que demasiado pronto sería tan peligroso e insensible como ellos, pero esta noche podía ser un flanco débil.

No había tiempo para avisar a nadie, además de que con la información que obtuviera podría negociar con Velkian mi liberación; así que tenía que actuar inmediatamente.

Dejé una serie de pistas no tan obvias que llevarían a los cazadores hasta el bosque de las afueras de la ciudad. Allí les tendí la trampa usando un pequeño aparato de los humanos, un llamado "celular", en cuya pantalla brillaban un par de ojos y que, cada cierto tiempo, vibraba.

Dejé el pequeño dispositivo entre unos arbustos antes de que los cazadores se acercaran y subí a la copa de un árbol cercano.

Escondida entre las hojas pude ver cuando los tres pasaron debajo de mí, contuve la respiración, observándolos.

Cuando estaban cerca el aparatito comenzó a vibrar y se iluminó la forma de los ojos, aproveché el ruido para bajar del árbol de forma silenciosa, mientras los cazadores desenfundaron sus armas. Tal como esperaba, Sergei ordenó al chico nuevo con un gesto que se quedara detrás de ellos.

Cuando la atención de los tres estaba puesta en el sonido, me lancé contra el chico con toda la fuerza y velocidad de la que fui capaz. Tomé su mano derecha, con la que sostenía un arma plateada y roja, y mordí su hombro (pues su cuello estaba protegido por un collar de plata) para inyectar un veneno paralizador.

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