De camareras enamoradas y... ¿Dónde está el vino?

3.8K 502 32
                                    

La vida no es un cuento de hadas, no señor. Si pierdes un zapato a medianoche es porque bebiste más de la cuenta o corriste como una lunática y tuviste que tirar los tacones o puede que simplemente porque en ciertas situaciones eres torpe.

Me aplica la tercera.

Y la segunda.

Y la primera.

¿La causa? Él.

¿Es mi culpa? Noooooooooooooo. El hombre es malditamente atractivo.

Estamos sentados a la mesa, Phoebe a mi lado y ellos enfrente nuestro.

La camarera casi le tira encima el agua cuando ha llegado a nuestra mesa. Lo vio y se desestabilizó, la comprendo, pobre. Aun así, quiero agarrarla de los cabellos y obligarla a dejar de babear. Yo, que soy cero celosa o al menos creía que lo era. Momento, ¿celosa? ¿Yo? ¿De alguien que prácticamente acabo de conocer?

Seguro son los efectos adversos de la medicación o más bien y siendo honesta es el efecto de tener frente mío a un tipo que se ajusta a la lista ideal (que jamás he hecho) que haría del hombre idóneo para mí.

Veo como la camarera tartamudea el especial de la casa y levanto una ceja casi divertida. Observar su embeleso me ayuda a olvidar el mío hace unos días y agradecer que no fui la única, ella es más notoria, quizás porque es muy joven. Aun así disfruto con placer culposo su arrobamiento. Ladeo mi rostro incluso para observarla mejor, Phoebe y su novio están de lo más ocupados con ellos mismos así que soy la única que disfruta el show.

Error total. Leo está allí por supuesto pero creí que estaba escuchando a la chica e intentando fingir que todo era normal. Cuando dejo de ver a la chica que sigue intentado dar el menú especial, noto que él me mira a mí, esos ojos oscuros me ven y parecen leer todo lo que estoy pensando.

¿Ha notado que disfruto del pequeño espectáculo? Muerdo mi labio por los nervios y para no reír. Enseguida su mirada se traslada a mi boca y yo empiezo a sentir calor. En los doramas que miro, cuando la o el protagonista pasan por una situación de tensión sexual, ambos se acaloran, me parecía de lo más tonto, divertido pero tonto y heme aquí empezando a sentir un calor terrible, aprieto mi mano para no tomar la servilleta y abanicarme con ella.

Él está ignorando completamente a la camarera y sigue mirándome como queriendo grabarse en la memoria mi rostro. Ok, eso sonó más bien cursi pero juro que es verdad, no encuentro otras palabras para describirlo. Es como si me estuviera diciendo tantas cosas pero aun así no atino a saber el porqué de esa intensidad. El calor sigue, quiero pedirle a Phoebe que vayamos al baño, necesito echarme agua encima. Volteo a ver a mi amiga y está acaramelada con su novio pese a que haya una mesa de por medio, volteo los ojos con frustración y por fin Leo emite un sonido, una pequeña y sutil risa.

- El especial está bien para todos. – Dice él de pronto dirigiéndose ahora sí a la chica.

- ¿Seguro? – Dice ella ansiosa por agradar.

- Seguro. Mis amigos están de lo más ocupados y enamorados que no importa que coman con tal de que estén juntos. – Dice Leo señalando a Phoebe y a Ángel. – Y Nat ya hubiera objetado de no querer lo mismo ¿Verdad? – Y allí está esa mirada de nuevo, asiento como autómata. Podría decirme que me ha pedido pan duro y agua y aun así diría que está genial. Dios, ¿en qué me estoy convirtiendo?

No sonrías, no sonrías...

Y allí está, esa sonrisa matadora, lenta, sexy e inmediatamente trago saliva. Tomo un pan de la cesta y estoy a punto de meterlo entero a mi boca con tal de no babear cual anterior camarera, una mano me lo quita antes de que entre a mi boca.

Perruna vida (Saga "Vida Cruel" 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora