Marcando territorio

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BOKUTO

Les dejo pasar y me dirijo al salón. No sé en qué mierda pensaba Tsukishima, pero esto es lo último que me podría haber imaginado.

Tengo tanta furia dentro... Por un lado mi corazón ha seguido su propio camino, ese que tenía tan bien aprendido cuando estábamos en la preparatoria, quiero saber de él, quiero hablar con él de cualquier cosa. Pero por el otro... no debería ni mirarle a la cara. Me hizo silenciosamente prometerle que no me olvidaría de él y todo ha sido para torturarme.

Me doy con las palmas de las manos en la cara para despejarme, necesito estar con todos los sentidos alerta. Si Akaashi necesita un lugar donde vivir yo no soy quién para negárselo, pero no pienso compartir con el ningún espacio cerrado.

Mientras yo divago ellos se dan cuenta de la presencia de Kenma y mantienen una conversación. Me había alejado, así que me acerco para escuchar.

-¿Qué tal está Kuroo?- pregunta Akaashi. ¡Tch! Kuroo si le interesa...

-¡Oh, bien!- responde Kenma con la cabeza gacha. Pareciera como si estuviese cohibido ante su presencia.-Ahora mismo está en la ceremonia de elección de jugadores para la selección.- Akaashi gira la cabeza desviando su atención de Kenma y me mira fijamente. ¿Decepción? Enhorabuena Akaashi, no eres el único que lo siente.

Aparto la mirada y miro aTsukishima, pero este está estudiando con detenimiento la casa.

-¡Vaya! Sí que has cambiado la decoración. Hacía mucho que no venía por aquí.- no le contesto.

-Si seguís todo recto podréis encontrar las tres habitaciones. En cada una de ellas hay un baño. Por otro lado, en el pasillo de la derecha tenéis la cocina, un aseo y una sala.- les digo mientras me dirijo al sofá-. Y, como podréis observar, este es el salón comedor. Yo esperaré aquí, sentíos libres de observar todo y no os preocupéis por el tiempo-. 'Aunque si podéis salir antes, mejor', pienso mientras aparto la mirada y pongo el televisor. Siento las miradas de todos, pero no me muevo de donde estoy y les ignoro.

-Yo os acompañaré, seguidme por favor-. Les dice Kenma mientras se dirigen en dirección a la cocina.

Miro la tele sin realmente ver algo. ¿Por qué ha aparecido ahora? Me revuelvo el pelo intentando calmarme. Lo de irme a trabajar con mi padre me está resultando de las mejores opciones, así mato dos pájaros de un tiro: le doy la satisfacción a mi padre de saber qué tenía razón, no sirvo para nada; y también le cedo a Akaashi la casa. Sería lo mejor... pero, ¿para quién?

Sin haberme dado cuenta los encuentro a mi lado mirándome. No doy una muy buena impresión pues he terminado tirándome de los pelos. Me levanto y me sitúo a su lado.

-¿Y bien?

-Me gusta bastante el piso, además está muy cerca de la universidad que era lo que me interesaba y el precio me parece bastante barato para la zona en la que estamos, ¿estás seguro que no lo quieres poner más caro?- me dice Akaashi casi sin mirarme. Yo le observo muy serio.

-Bien, entonces está decidido, si no te importa necesitaría como una semana para poder recoger todas mis cosas y arreglar todo el papeleo. La casa será toda tuya en cuanto me vaya, mis abogados se pondrán en contacto contigo para...

-¿Pero no era compartido?- le miro con el cejo fruncido. Él me mira fijamente.

¡Ah, claro! Aparto la mirada, enfadado.

-No te preocupes, el dinero seguirá siendo el mismo aunque no lo compartas.

-No me refería a eso... Dijiste que era compartido contigo.

Te Olvidarás De MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora