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Tengo grabadas algunas conversaciones con Haruna. Por ejemplo, esta:

—Mamá, estoy dentro de un cuerpo.

—¿Quién está dentro de un cuerpo?

—Yo.

—¿Y tu cuerpo no eres tú?

—No, es como un envase. O mejor dicho, una máquina.

—¿Y quién eres tú?

—Soy la que viaja y entra en cuerpos.

—¿Antes has estado en otros cuerpos?

—Estoy segura que sí, pero no recuerdo bien. Quizás eran cuerpos muy diferentes, por ejemplo, un cuerpo hecho de luz.

—¿Por qué te miras tanto las manos? Abriéndolas y cerrándolas.

—Estoy contemplando la máquina que es mi cuerpo. Me parece una cosa fascinante.

—¿Por qué?

—Porque cada cuatro o cinco días, mi cuerpo crece. Por eso me hago estas preguntas. Y tú no te las haces, ni Harún, porque sus cuerpos demoran mucho en crecer, y se olvidan que son máquinas.

—Déjame contemplar mis manos, entonces. A ver..., sí, tienes razón, parece que estoy dentro de una máquina.

—Tú también has viajado hacia esta máquina y otras máquinas.

—Pero una máquina... eso suena a que soy puro metal y transistores.

—Es tecnología avanzada, mamá. No se necesita metal ni transistores.

—Ah, ya veo.

—Pero aquí la gente tiene miedo cuando envejecen sus máquinas.

—Sí, es que nadie quiere envejecer.

—Pero ellos no envejecen, solo las máquinas.

—Bueno, sí. Tienes razón.

—Eso es la ventaja de crecer rápido como yo. Mi máquina siempre está cambiando, y por eso puedo ver que no soy la máquina. Yo no cambio, la máquina sí.

—Esa debe ser la razón por la que diseñaron tu máquina así. Para que no olvides todo eso que me cuentas.

—Sí, eso es bueno para mi misión.

—¿Te gusta tu misión?

—Sí, es un juego muy interesante. Me gusta mucho.

—Pero es un juego muy serio, también.

—Bastante serio, mamá. A veces me da miedo, porque no puedo fallar.

—¿Qué pasa si fallas?

—Quizás me envíen de nuevo a otra máquina. Pero no quiero fallar. Además, me gustaría volver a tener un cuerpo de luz. Estoy casi segura de que alguna vez lo tuve.

—Sí, ya me lo dijiste. Y sigues observando tus manos.

—Es tan fascinante, mamá. Viajar un año dentro de este cuerpo que se llama Haruna.

—¿Y cuando termina el viaje qué pasa?

—Puedo escoger otro cuerpo, supongo. O quizás me recomiendan usar uno. Yo creo que en mi estrella se puede hacer eso, uno puede diseñar varios cuerpos y escoger uno. Pero no puedo ver esto con claridad. Me gusta saber que pronto regresaré a mi estrella, pero quiero cumplir mi misión antes.

FIN DE LA GRABACIÓN.

Ahora no puedo evitarlo; siempre que me levanto, cada mañana, observo mis manos, las abro, las cierro, miro sus palmas, sus dorsos. "Estoy dentro de un cuerpo" me digo a mí misma. Eso me enseñó a hacer Haruna, que se levanta igual, mirándose las manos con asombro.

FANFICTION - La estrella de HarunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora