27 Inviernos.

Desde lejos.

La vi, por casualidad, una sola vez.
Las demás, no fueron más que por buscarla.
La veia en mis sueños, en mis risas y en mis llantos, como si quisiera formar parte de todo lo que yo era. La veía en la lluvia, en una flor, en el aroma de un perfume que por la calle corre y se mezcla contigo. La veía en el arte contemporáneo, y la veía también en la historia, tal vez porque ella era mi historia. En aquellos días dónde despertaba sin ganas de verla, era cuando más la recordaba.
Y entonces, asumí que quería verla, quería recordarla, queria que formase parte de mi, y entonces, noté que lo que no se puede dar, no se va a dar. Allí comencé a despertar sin verla, cuando acepté que buscarla no era el sentido, que ella, era historia.