Abro la puerta, y veo ahí a Ethan, al lindo Ethan con un ramo de flores, ¿Flores? Mi mirada se fija en las flores, Él se da cuenta y las pone detrás de él.
- Hola Ethan, llegas un poco temprano.
- Son solo dos minutos Jess.
- lo sé -Sonrío- traeré mi bolso y salgo. - me doy la vuelta-
- Jess, espera, mira.
Me doy vuelta y de nuevo, están ahí las Flores.
- ¿qué cosa Ethan? - Pregunto con inocencia.
- Te traje unas flores, ya que em yo te invite y esto es como... una cita, sí, es una cita. - me da las flores.
Acepto las flores y él al decir la palabra cita se ruboriza, y agacha la mirada, me sorprende, no es común de él.
- Eres muy lindo Ethan, gracias.
Le beso la mejilla y entro sin ver su reacción, dejo las flores arriba de un sillón y salgo con mi bolso en la mano y veo a Ethan con una sonrisa.
- ¿Así qué lindo?
- sí, muy lindo - sonrío - ahora dime donde carajos está tu moto que no la veo.
- pues esté lindo la llevará en una camioneta hoy, vamos.
Me ofrece su mano y yo la tomo, al juntarse nuestras manos nuestros dedos se entrelazan y quedan perfectos, como si estuvieran hechos para estar así, cuadran tan bien como un puzzle. Sonrío al ver nuestras manos juntas, y luego lo miro al él, lo miro y veo una sonrisa en su rostro y unos ojos brillantes. Llegamos al coche, me abre la puerta del copiloto subo, la cierra y luego el aparece por la otra puerta. En el transcurso hacia la fiesta se produce un silencio, pero no incomodo, yo podía sentir como latía su corazón, como respiraba, me quedo contemplando su anatomía y en eso su mirada se conecta con la mía, siento como me mira a los ojos y luego baja a mis labios, y yo sigo mirando sus ojos, que ahora se mostraban distintos, distintos a cualquier expresión que he visto, mostraban deseo, pero un deseo puro, volvió su mirada a la mía y sin darme cuenta los dos estábamos a centímetros, yo siento su respiración y el la mía. Me he perdido en ese laberinto, me he en sus ojos y ahora me perderé en sus labios, nuestros labios ya se rozan, el tiempo se hace eterno y la distancia que nos separa se hace infinita, el posa sus labios en la comisura de mi boca, pero esto no está bien, algo no está a nuestro favor, suena algo, es distante pero poco a poco se va acercando es... ¡es una bocina!
-¡Mierda Ethan, un camión!- grito cerrando los ojos y sintiendo el vehículo acelerar y después frenar muy rápido. Se baja del auto y en mi desesperación empiezo a derramar lágrimas, pero con miedo de abrir los ojos, de ver que nos ha pasado, apoyo mi cabeza en mis piernas y alguien abre la puerta del copiloto, donde voy yo, me aferro a mis piernas, y esa persona me abraza y tiene un olor familiar, Ethan.
- Jess .- susurra a mi oído - ya todo está bien, no nos pasó nada, tranquila.
Levanto mi cabeza lo observo por un instante, asimilando lo ocurrido, me libero del cinturón de seguridad y me lanzo hacia los brazos del chico, el me sostiene sin dudarlo.
-Ya paso linda, estas bien, estamos bien.
- Ethan, me has dado un susto de los mil demonios, no lo hagas de nuevo.- digo a punto de seguir con las lágrimas.
- Nunca más Jess, ahora venga ¿aún quieres ir a la fiesta?
Lo miro y niego con la cabeza, después de este susto ya no tengo ganas de nada. Ethan me carga en sus brazos de vuelta hacia el hacia la camioneta, pero a la parte de atrás.
- Tengo un plan mejor que la fiesta, quédate aquí que traigo unas mantas y unas almohadas.
- bueno, aquí lo espero señor Ethan.
Ethan baja de la parte trasera y abre una puerta y en un instante vuelve con lo que prometió. Nos acomodamos, y nos tapamos con las mantas y miramos las estrellas.
- ¿Jess?
Lo miró cuando dice mi nombre y veo que me mira.
-¿Ethan?
- ¿Puedo abrazarte?
Asiento con la cabeza, él me abraza, y yo apoyo mi cabeza en su pecho. Estaría así todo la noche, todo el día, toda la semana. Ethan comienza a acariciar mi cabello y luego baja y acaricia mi rostro, lo toma entre sus manos con cuidado, haciendo que lo mire y que nuestros ojos se reencuentren, sin saber que hacer me dejo llevar y Ethan cada vez se acerca más, más y más, sin que nuestras miradas se separen, acaricia mi mandíbula, mi respiración se empezó a agitar, sentía que los milímetros que nos separaban eran kilómetros, sentía como sus ojos me devoraban, sentía deseo, deseaba probar esos labios. Ethan empieza a repartir pequeños besos en mi mandíbula, hasta que llega a mi boca, y nuestros labios se juntan, empieza a darme un beso lleno de deseo, de necesidad, sus labios clamaban tocar los míos, yo sigo el beso y de a poco empieza hacerse intenso, su lengua pide permiso de entrar en la cavidad de mi boca, no le niego el paso, el mundo entero se detiene, y en el estómago empiezo a sentir un calor inusual. Paramos para tomar aire, para respirar y seguimos, muerdo su labio inferior y él gime. Deja de besar mi boca y comienza a dejar besos delicadamente en mi cuello, haciendo que el calor se extienda, haciendo que algo quiera salir de ahí, de mi estómago. Llega a mi oreja y muerde el lóbulo haciendo que está vez gima yo, llega de nuevo a mi boca, en medio del beso lo miro y sonrío. Y él hace lo mismo pero él dice algo. No logro entender que, decido decir algo y él me calla con otro beso.