Ojalá pudiéra decír que su vida a los 20 años fué un camino de rosas,pero les estaría mintiendo a todos.Mejoro,eso sin duda,aúnque fuera un poco.
Es dueña de un resto-bar junto con su mejor amigo Santiago.Él se encarga de la parte de los cafés por la mañana y tragos por las noches,mientras ella se ocupa de administrar y elaborar la sección de la comida y pastelería.
Les va bien,esto era un sueño que tenían desde que se conocieron en un curso de cocina.
STRONG,es un resto-bar para toda la familia.Situada en una esquina de la manzana,tiene vidrios en dos de sus cuatro paredes que van de piso a techo mostrando todo el local por dentro.Con sillones en forma de C a los lados del local forrados en cuero rojo y mesas de algarrobo deja en el medio un espacio libre que por las noches es ocupada para bailar por los jóvenes que van en busca de un buen lugar para salir de fiesta;como iluminación tiene colgada del medio un candelabro gigante dorado que le da al lugar un toque de elegancia necesaria para cuando a la mañana la gente mayor va en busca de sus cafés con medialunas y tostados dispuestos a leer sus diarios matutinos,acompañado de los mejores tangos de la historia para ambientar el lugar.Para el mediodía se cambía el tango por alguna radio FM local,invitando a las familias a almorzar comida como si fuese hecha en casa mientras se escuchan las noticias y musica de hoy en día.Cuando la noche se abre paso también lo hacen los jóvenes dispuestos a dejar todo en la pista de baile ante un show de tragos situado en la barra y en las mesas se sientan a descansar y tomar los que sus pies les piden una tregüa o los que son tímidos para mostrar su dotes de baile o simplemente prefieren conversar.
Hoy era viernes,por ende tenía que ponerse en mente que iba a ser un día muy largo,empezaba el fin de semana,eso quería decír que el local cerraba pasada la madrugada.
Con esa mentalidad Kimey fue a comenzar su jornada laboral.
Santiago como cada día,la esperaba fuera de strong para abrir juntos y ayudarla como buen socio y amigo que era.Con dos cafés en mano y una sonrisa que derretía hasta los cubitos del congelador,la recibió en un abrazo tan grande y cálido que parecía mentira que se vieran todos los días.
-No puedo entender porque teniendo dentro del resto-bar maquinas de cafés,vos te empeña en comprar en otro lado.Sinceramente eso para mi es gastar plata al pedo.- le dijo Kimey aun abrazada a Santiago que no dejaba su sonrisa de lado,ya que sabia que ella le diría algo así.
-Porque simplemente te quise dar un regalo.- respondió rompiendo ese abrazo para poder darle su café y un beso en la mejilla que casi llega a rozar sus labios.- Además se que te gusta que te regale cosas.-volvió a decirle con una chispa en sus ojos que nunca se iba cuando la tenia a ella en frente.
-Para eso hubieras comprado bombones que sabes que son mi perdición y no esto que lo tengo todos los días.- lo contra-ataco mientras movía un poco el recipiente de plástico que contenía aquella bebida.-Aunque debo admitir que me va a venir muy bien para poder soportar hasta la madrugada.-pensó en voz alta con la mirada cansada.
-¿Otra vez con tus pesadillas?- pregunto algo apenado,pues él era conocedor de la historia de su mejor amiga.
-Sí,pero no te preocupes que después de ver un poco la tele me volví a quedar dormida.- respondió de prisa agitando una mano y adentrándose en la cocina dispuesta a preparar su delicias de cada mañana y creyendo que así dejaba sajado un tema que no le apetecía continuar.Sabia que santi no iba a dejar el tema ahí,pero el trabajo era primero,los clientes en poco ocuparían su lugares en las mesas y ello tenían que tener todo listo para ese entonces.
Después de media hora donde Kimey ya se había olvidado de todo,como cada vez que se ponía a cocinar,Santi la interrumpe entrando en la cocina donde ya estaban ingresando el resto de los ayudantes de cocina y las mozas hacían y levantaban sus pedidos.