Deseos Profundos

Cap 3: Libertad Carnal

Aviso: es la primera vez que escribo lemon de estos dos, me disculpo por cualquier inconveniente con la redacción. Disfruten el capítulo. 

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Estaba ansioso, demasiado ansioso, y no precisamente en el buen sentido. Desde hace media hora que terminaron de desayunar y ahora estaban esperando pacientemente a que Chris tocara la puerta para sacarlos de esa incomodidad que estaban sintiendo en ese instante. Viktor trataba de distraerse con su teléfono para no pensar en lo muy distante que estaba Yuuri al sentarse al otro lado del sofá, o incluso dejarlo pasear a Makkachin solo cuando la costumbre era ir los dos juntos, tomados de la mano, saludando a todos y jugando con el can en el parque.

Ambos estaban ya cambiados y listos para ir a almorzar con Chris. Lo único que faltaba era que el suizo llegara. El timbre sonaba insistentemente, señal de que ya era hora.

- ¡Yo abriré! – Viktor, de manera literal, había saltado del sofá para ganarle a Yuuri la carrera hasta la puerta.

Cuando abrió la puerta, Chris saltó muy feliz a sus brazos.

- ¡Viktor! ¡Yuuri! ¡Me alegra tanto verlos!

- Bienvenido a Rusia Chris – Viktor fingía efusividad por ver a su amigo, aunque en esos momentos le costaba mucho. No es que no estuviera feliz de verlo, el problema era que su compañía estorbaba sus planes para arreglar las cosas con Yuuri.

- Nos alegra mucho verte de nuevo Chris – Yuuri apareció detrás de Viktor con una leve sonrisa, indiferente a los pensamientos de Viktor.

- Gracias – el suizo se soltó de Viktor y arregló sus ropas – Oigan, sé que dijimos que iríamos a almorzar, pero ¿podrían acompañarme a una copa primero? La verdad es que mi garganta está pidiendo alcohol a gritos.

- ¿No acabas de bajar del avión?

- Llegué ayer en la madrugada Yuuri. No he probado una buena bebida desde el Grand Prix. Me he preocupado más por entrenar que por divertirme, aunque no lo crean.

Por un instante ambos dudaron. Sabían de antemano que una salida así con Chris no siempre terminaba bien, pero él había venido desde Suiza para verlos a pesar de su apretada agenda, no querían decepcionarlo.

- Sí es solo una copa, supongo que no estaría mal.

- ¡Perfecto! Llamaré al resto para que nos acompañen. Ustedes saben que me gusta beber con amigos.

Agarró a ambos de los brazos y los jaló hasta el ascensor con una sonrisa. Sin percatarse de la tensión que había entre ambos.

Todos estaban reunidos en un restaurante-bar cerca del hotel de Chris. Yurio había aceptado ir con Mila aunque no pudiera beber legalmente. Pensaba que, como compañero de pista, debía ayudar a Yuuri con su progreso, además, si Viktor estaba deprimido, significaba tener que escucharlo en la pista lloriquear por no haber arreglado las cosas con Yuuri. Chris ya iba en su tercera copa de vino cuando llegó el almuerzo.

- Se los juro, esa competencia de poll dance con Yuuri en el Grand Prix de hace dos años fue la mejor que tuve en mucho tiempo – Chris estaba abrazado de Yuuri, quien trataba de cubrirse la cara roja por la vergüenza ante ese recuerdo. Iba a ser una mancha en su vida que jamás se borraría de la mente de sus amigos ni de la suya.

- Lo peor fue que quedó en empate. Igual que nuestra competencia de baile. Me debes una revancha cerdo – Yurio estaba sentado al lado de Mila, quien no paraba de reírse ante el recuerdo de aquella fiesta.