Mi Chica (Liam Payne) *Segunda Temporada*

capitulo 43.- la vida no es fácil. (parte 7)

(________)

La báscula sigue marcando 50 kilos, mald’ita sea, se supone que para hoy debía pesar 49, ni bajando tres kilos me veo bien, me siento como una ballena con piernas, incluso siento que he subido más de peso, y el imb’ecil de Ross con sus reclamos diarios me molesta aún más, como si no estuviera viendo el sobre peso que tengo.

-ya está listo el desayuno- terminé de ponerme el uniforme y me dirigí a la cocina tras él, Cómo si pudiera desayunar todo eso,  incluso me da asco, solo es grasa.

-no puedo, es tarde, desayunaré en el hospital- antes de que pudiera incluso llegar a la puerta él se interpuso en mi camino mirándome de forma acusatoria, como si fuera un criminal.

-tienes que desayunar, por favor _________, solo un poco- como odio que se meta en lo que hago, pero esto se acaba, mi paciencia ya se agotó, “estás mejor sola que mal acompañada”, si es cierto.

-te dije que no te metieras en mi vida, ¿tan difícil es entenderlo?, ya me tienes harta, ¡harta!, con tus súplicas y tus regaños, ¡no lo soporto!- sus ojos color café claro me miraban sorprendidos, como si yo fuera una desconocida que estaba gritándole.

-¡me preocupas!, ¿no puedes entender eso tú?, no solo te haces daño a ti misma, también lo haces a los demás-  bajé mi mirada al suelo tratando de evitar su mirada suplicante, me dieron ganas de llorar y me dolía bastante hacer lo que aquella vocecita interior me ordenaba, pero aún así lo llevaré a cabo, quité de mi dedo el anillo de compromiso y se lo extendí.

-te lo hago más fácil, así no tendrás que preocuparte por mí ni tampoco te haré daño- con su mano, temblorosa y dudosamente tomó el anillo, no pude evitar verlo a los ojos y sentirme la peor persona de la faz de la tierra, es mejor así, yo sola.

-¿de verdad quieres hacer esto?- asentí mirando al suelo, si me quedo un segundo más me largaré a llorar y cederé de nuevo, no puedo hacerle esto, ahora la gente estará mejor sin mí, yo no puedo amar a alguien si no me amo a mi misma primero, y en estos momentos estoy muy lejos de sentir eso por mí, me odio, odio lo que soy, odio como me veo, odio lo que siento en algunas ocasiones, odio mi vida, “te amarás cuando seas una mujer nueva, más perfecta”.

-es lo mejor para los dos, al volver empacaré mis cosas y me iré, no te preocupes- di un paso hacia adelante y el tomó mi brazo sin apretarme demasiado fuerte.

-¿lo mejor?, para mí esto es lo peor que me puede pasar, te amo… ¿es por liam?, ¡dime!- sus palabras me resultaron amargas y lograron contraer mi negro corazón.

-¡no!, ¡no sé porque!, simplemente me cansé de estar así- la risa sarcástica de él rompió el silencio tétrico de la sala.

-¿así que te cansas y simplemente lo botas todo a la basura?, ¿así haces con todos?- sus palabras me dolían como navajas en mi piel, estaba insinuando que era una arpía, una pu’ta, y si, desgraciadamente lo fui, y tal vez en esencia lo sigo siendo.

-¡cállate!, ¡tú no sabes todo sobre mí!- su mirada era desaprobatoria, entiendo que lo lastimé, no me lo merezco, jamás mereceré que nadie me ame.

-sí, ya veo que no… - vi como se dirigía a la habitación cabizbajo, pero segundos después regresó y me abrazó de una forma protectora.

-solo quiero que seas feliz, antes que mi novia, eres mi mejor amiga, ¿lo recuerdas?, no importa lo que hagas o cuanto trates de alejarme- ahora si sentí mis lágrimas correr en mis mejillas, pero las limpié tan rápido como salieron.

-no merezco que me quieran de ese modo- sus brazos dejaron de cubrirme, y él se fue, ¿Por qué soy tan perra?, ¿Por qué me siento de este modo?, de camino al hospital sequé mis lágrimas y me retoqué el maquillaje, “aquí nada pasó, sonríe”, sí, eso es lo que hago, “perfecta”.