Capitulo 1: Hijos de las estrellas

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   La alarma esa mañana sonó sin ningún minuto de retraso y la joven Grace Lovelace empezó su mañana saltando de su cama emocionada, era su primer día en la clínica de la policía y su madre le había aconsejado toda su vida siempre dar una primera buena impresión. Preparó un desayuno de huevos de cabra con queso de pollo luego de darse la ducha más rápida que pudo. Se vistió con el uniforme de la clínica, una camisa azul cielo, un pantalón gris y zapatos de tacón bajo para luego peinar su largo cabello blanco, ella amaba su cabello ya que era especial, sólo ella y su abuela lo tenían de ese color como sus ojos negros anormales para un pálido, pellizcó sus mejillas para darse un poco de color y salió de su pequeño apartamento en la calle nubes y pingüinos, despidiéndose de su madre.

   Corrió para tomar el tranvías y se dirigió con cartera al hombro a su destino, la calle señales y agujeros. El oficial en jefe, Harold Pitt, un hombre mayor de cara cuadrada y cabello amarillo con ojos verdes, esperaba a la joven Grace en la puerta principal del edificio. Un edificio alto de color claro con ventanales que reflejaban los rayos dorados del sol. Grace soltó un sonoro suspiro y caminó hasta su nueve jefe.

— Buenos días jefe.

— Buenos días señorita Lovelace. Hoy empezará su jornada con la doctora Leída y quiero para el final de la semana un reporte completo de su trabajo.

— ¡Sí señor!

— Bien —Dijo entregándole un sobre amarillo a Grace— Anoche mis muchachos atraparon a un pardo en una zona restringida y unas horas más tarde encontraron los cadáveres de varias personas en una joyería, testigos oculares nos informaron que fue un pardo. Y tenemos sospechas de que es el mismo sujeto. Espero su reporte médico doctora Lovelace, dejo en sus manos mi caso.

   Grace tragó bilis y asintió con la cabeza agitando sus blancos cabellos. Se despidió con una sonrisa y entró al edificio, cuyas instalaciones se veían como todos los días, las paredes de ese alegre color olivo y las enfermeras caminando alegres por los pasillos hacia sus respectivos destinos, se sentía y veía como un día normal pero hoy había algo distinto y Grace lo sabía. Ya no estaba ahí de entrenamiento médico, sino como otra doctora más. Camino a la enfermería en busca de la doctora Leida, una señora bajita de cara amable que trata a todos como a sus hijos, entró a lo que ahora también es su oficina y su cabello se erizó al ver a un chico acostado en una de las camillas metálicas, su piel tostada brillaba con las luces blancas de la enfermería y su cabello negro brillaba con pequeños reflejos plateados, tenía una tela sucia en su brazo izquierdo y en su abdomen, encima de su estómago, con lo que parecía ser sangre. Grace se acercó con cautela rezando que estuviera bien sedado y dormido, era la primera vez que veía un pardo ya que su madre, como todos los pálidos, los repudiaba. Grace observó al chico frente a ella, debía tener unos veinticinco o veinticuatro años de rasgos algo finos con cabello negro con extraños mechones plateados y piel color canela, pensó paseando sus ojos negros por el cuerpo tendido del joven. Tenía raspones encima de su ojo izquierdo y sangre seca en la comisura de sus labios. Aun así tenía una expresión de calma que cautivo a la joven doctora y siento cariño y lastima por el joven pardo, Grace quiso tocar su piel y probar que tan suave era así que respiro hondo estirando una mano para toca su brazo y...

— Mi niña ¿qué haces?

   Una voz grave y baja sonó a su espalda y Grace giró sobre sus talones pegando un pequeño saltito, la doctora Leida la miraba con sus ojos dorados, su cabello del mismo color estaba amarrado en una pequeña coleta alta resaltando sus gordas mejillas. Caminó hacia una mesa cercana y dejó su cartera en ella, la doctora Leida cerró la cortina que rodeaba la camilla.

— Disculpe, era la primera vez que veía un pardo.

— No te disculpes querida, la curiosidad no es mala. Pere éste joven amigo debe descansar, aparte de las heridas de bala que tiene recibió un ataque electroestático por uno de los policías del Capitán Pitt y aparentemente cayó de una gran altura.

Chico de ojos blancos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora