Un pequeño descubrimiento

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Una opresión se ha instalado en mi pecho desde que desperté esta mañana y me encontré a Ayato vestido con la intensión de salir, me dijo que Subaru había contactado con él, y había surgido un inconveniente, le pedí que me dijera que había pasado pero por más que se lo exigiera, no obtuve respuesta alguna.
"-tranquila, no es nada importante.. Te amo", fueron su últimas palabras antes de irse, ciertamente eso me dejo algo intranquila, pero lo que me dejó de los nervios fue sin duda el último beso que me dio antes de partir, se sintió como si se despidiera...
-tranquila... tranquila mis calzones, Ayato!!!.
Un acto suicida, es sin duda lo que fue a buscar.
Ante la preocupación mi estómago se revuelve lo que me hace correr a baño y vomitar, mi cuerpo se siente algo débil, pero con ayuda de algunos sirvientes de la casa, llego a la habitación y me recuesto un rato, haciendo que la sensación de náuseas disminuya.
Para distraerme un poco del malestar y ansiedad decido salir a los jardines, el aire fresco consigue de alguna forma despejar mi mente y me lleva al pasado, cuando todavía no conocía a los chicos, cuando estaba casi todo el tiempo con Ruki y Yuma, los momentos felices eran abundantes, llenos de risas, bromas y aprendizaje, se podría decir que más que mis primos, eran como mis hermanos, incluso a veces parecían mis padres, un nuevo sentimiento se instaló en mi ser, nostalgia, y los nervios no han abandonado mi cuerpo desde esta mañana.
-Ayato,.. te necesito..- sentir sus brazos al rededor de mi cuerpo, serían de gran ayuda ahora.
Empieza a anochecer y yo regreso a la mansión, donde me espera una cena que huele a gloria, pero que al solo sentarme y verla, mi estómago se vuelve a encoger y corro al baño a vomitar.
Los sirvientes con preocupación me llevan de nuevo a la habitación, y con un té, puedo dormir tranquila..
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Tres dias han pasado desde que Ayato se fue y mis malestares no han cesado, casi todo lo que me sirven o ni siquiera lo pruebo porque me dan náuseas o al poco tiempo de comer corro al baño vomitando, las ganas de dormir son inevitables, de todas formas paso todo el día sola... después del almuerzo corro por enésima vez al baño, algo cansada me miró al espejo del lavabo y veo mi rostro demacrado, abro la gaveta del espejo en busca de algo de maquillaje, Ayato no a regresado pero, si lo hiciera justo ahora no quería que me viese así, sin embargo mis ojos se detienen en una caja mediana color rosa, la tomó con curiosidad y mis ojos se agrandan ante lo que es..
-una prueba de embarazo....será que..
Mis síntomas podrían asociarse a la depresión o ansiedad, sin embargo....podría ser posible...

Ocho minutos después supe la verdad... estaba embarazada...
-por Dios.... voy a ser mamá...y eso significa que... Ayato va a ser padre...esto es una locura..
Una pequeña risa sale de mis labios, pero instintivamente mi mano se posa sobre mi vientre plano.
-cuál podría ser la reacción de Ayato...-la duda me deja intrigada.. será que se alegrará o por el contrario se alejará de mí, ese pensamiento me asusta, pero por el momento lo reprimo y voy en busca de la señora encargada del personal, una adorable viejecita que al contarle mi situación, una sonrisa de comprensión se instala en su rostro, junto con un promesa de cuidar de nosotros muy bien hasta la llegada del pelirrojo.
Afortunadamente después de descubrir lo que me sucedía, mis náuseas han parado, y es que gracias al cielo existen pastillas para estos malestares..
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Ya ha pasado una semana desde que me enteré que estoy embarazada y Ayato no ha vuelto, mi pecho sigue sintiendo el vacío de su ausencia, lo único que logra distraerme un poco son los paseos por el jardín y los pensamientos de la pequeña criatura que está creciendo en mi interior, es algo que todavía no puedo creer, a lo mejor se deba a que todavía no se nota nada, pero me llena de gran alegría..
De repente siento un llamado a lo lejos... espera... esos son gritos, y provienen de la mansión, corro hasta el lugar..
-será... que Ayato regresó?..-esa idea me llena de alegría y me hace correr todavía más rápido, pero me detengo abruptamente escondiéndome tras ellos arbusto, desde aquí puedo divisar la entrada de la mansión donde veo a un hombre parado justo en frente... pero no se trata del pelirrojo, sino de Kino.
Varios hombres salen de la mansión llenos de sangre..
Asesinaron al personal, era obvia esa suposición, Kino se nota enfadado, como si esperase algo.. no.. él, me quiere a mí, entro en pánico ante la conclusión, pero mis piernas se mueven rápido sacándome de ahí, internándome en el bosque...

Diabolik Lovers- un nuevo comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora