P.O.V Yelina
Salí del aula de literatura cantando/susurrando felizmente.
—Yo tengo un caballo verde que hace piruetas, se sabe lavar los dientes y va en bicicleta...
Un chico que iba pasando a mi lado me miró raro y continuó caminando rápidamente. Me encogí de hombros y corrí hacia la cartelera donde estaban los resultados de las pruebas de soccer, En cuanto los vi, me llevé una gran sorpresa, no estaba la lista de las chicas, solo la de los hombres.
¿Se habrán olvidado de colocarla?
Fui a las canchas, donde supuse que estaría el entrenador.
—¡Señor Deamon! ¿Qué ha ocurrido?— el antes mencionado se giró en mi dirección, lanzándome una mirada llena de confusión.
—¿De qué habla señorita Wayland?
—De las pruebas de soccer; no han colocado nuestros resultados.
—Oh, si eso. Muy pocas lograron pasarla, y no se puede formar un equipo con tan solo 5 o 6 personas. ¿Verdad?— asentí— Por lo tanto no lo hay.
Respiré hondo intentando calmarme, me había esforzado tanto... para nada.
—Pero... ¿no hay alguna manera en la que pueda jugar? Si bien amo el soccer, me ayudaría también a conseguir una beca.
—¿Acaso estas pensando jugar con los hombres?—dijo burlonamente. Lo miré esperanzada— Te patearan el trasero niña.
—Para probarlo tienes que verlo.
Bufó—Está bien, te quiero hoy, aquí, luego de clases. No me hago responsable si sales lastimada.
Sonreí con suficiencia, para luego girar sobre mis talones e irme a mi siguiente clase.
(...)
Entré a los vestidores y caminé hacia el banco más cercano. Deje el bolso que colgaba de mi hombro sobre el y comencé a sacar la ropa que tenía dentro, un top negro, un pantalón Nike gris y unas deportivas de la misma marca y color.
Luego de cambiarme volví a dirigirme hacia las canchas, antes de llegar me encontré a Emma por el camino.
—Hola Yel, ¿lograste entrar al equipo?
Emma vestía su uniforme de porrista, el cual consistía en un top manga larga con una pollera de color bordo junto a franjas blancas y doradas, y unas deportivas blancas Nike.
—Si... hablando de eso... no hay equipo de mujeres...
—¿Cómo?, entonces, ¿qué haces con esa ropa?
—Bueno, el entrenador me ha dado la oportunidad de intentar entrar al equipo de hombres.
—¡Que bie...— fue interrumpida por otra porrista que la llamaba a lo lejos— Lo siento, debo irme, suerte Yel.
—Adiós— respondí.
Retomé el rumbo hacia el campo.
—Estoy lista— le dije al entrenador.
—Bien, todos den 15 vueltas a la cancha.
Todos los chicos allí presentes giraron a verme, ya que recién habían notado mi presencia, y abrieron sus ojos sorprendidos al verme con mis tatuajes y abdomen al descubierto. Pocas veces he venido al instituto con un buzo sin mangas.
—¿Qué hace ella aquí?—preguntó West Collins, uno de los más idiotas del instituto, al cual tenía un profundo odio gracias a que jugó con los sentimientos de Emma.
—Está a prueba. Si sobrevive a esta clase, puede que entre al equipo— habló el señor Deamon.
—¿Puede?—lo fulminé con la mirada.
—Entrará al equipo— afirmó rodando los ojos.
—¿¡Qué!?— gritaron todos al unísono.
—Lo que han escuchado— dije comenzando a correr. Los demás me siguieron haciendo lo mismo y refunfuñando detrás de mi.
(...)
Luego de un duro entrenamiento estábamos todos descansando en las gradas. Me encontraba en una esquina tomando agua cuando el entrenador nos llamo a mi, West y otros dos chicos llamados Carter y Ash.
—Bueno chicos, Wayland hará una prueba especial para definir si entrará al equipo o no. Ustedes defenderán la portería— el entrenador señaló a Carter y West— Y tu, Ash, ve al arco— toco su silbato— Colóquense en sus posiciones.
Caminé hasta el medio de la cancha con la pelota que me había dado el entrenador en las manos y la deje en el césped.
Los chicos se colocaron en sus lugares correspondientes dando inicio a la prueba.
Corrí hasta donde se encontraba West, quien a mitad de camino me intercepto e intentó quitar la pelota, pero para evitarlo, hice el amague de patearla hacia la izquierda y en cuanto dio un paso para ese lado la pase entre medio de sus piernas. Le dedique una sonrisita burlona cuando me miro desconcertado, volví a tomar la pelota y avancé hacia la portería. Carter comenzó a correr hasta donde me encontraba y en cuanto estuvo cerca desvié la pelota hacia la derecha y fui hasta el arco. Patee con el empeine y la cara interna del pie derecho, la pelota toco el travesaño y entró al arco antes de que Ash pudiera siquiera reaccionar.
Me di media vuelta y observé la cara de sorpresa de todos.
—¿Y?¿Qué le pareció entrenador?— sonreí tiernamente.
El susodicho se acerco a paso lento hacia mi y en cuanto estuvo a un metro se detuvo.
—Estas dentro— susurro entre dientes.
—Lo siento, no lo he escuchado— coloque una mano en mi oído dándole énfasis a lo antes dicho.
—Que has entrado al equipo, joder— dijo exasperado.
Me acerque a el y di pequeñas palmaditas en su mejilla— Te lo dije— di unos cuantos pasos atrás soltando una risita.
—Mujeres— negó con la cabeza, pero pude notar un pequeño atisbo de sonrisa en su rostro. Giro sobre sus talones— Bien chicos, demosle la bienvenida a la nueva delantera del equipo— vi a varios chicos cruzar miradas maliciosas.
Sentí algo helado recorrer mi cuerpo, de la cabeza a los pies. Oh no, la estúpida tradición de la conservadora. Ahora estoy totalmente empapada.
Risas comenzaron a resonar por todo el campo.
—Van a lamentar haber hecho esto— dije totalmente seria.
Cualquier rastro de gracia se esfumó de sus rostros y fue rápidamente remplazado por le miedo. Saben que no me quedaré con los brazos cruzados.
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Trillizas
Teen FictionEmma Wayland; es una chica popular. Se enamora con facilidad y es tímida. Ha tenido muchos fracasos amorosos, pero sigue con la esperanza de encontrar al chico ideal. Yelina "El demonio" Wayland; se caracteriza por ser estudiosa y de buenas calific...