MIEDO

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Hyuk miraba a Haru beber de su jugo con toda tranquilidad aquella mañana

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Hyuk miraba a Haru beber de su jugo con toda tranquilidad aquella mañana. Tenía ganas de preguntarle que carajos había pasado ayer. Pero no lo hizo. Haru se veía muy tranquilo.

H— Bien, madre, me voy — se levantó enseguida, tomó su mochila y salió de ahí dejando a Hyuk con la palabra en la boca.
Aún confundido se levantó de la mesa y caminó a la ventana de la sala, por ahí vio como su kiwi se alejaba por la solitaria calle dando saltitos.

HB— Me voy unos días y mi adorada pareja ya le coquetea a otro hombre — la voz de HongBin hizo que Hyuk se volviera de pronto.

H— ¿Qué? — el vampiro estaba recargado en la pared.  Con sus brazos cruzados y la mirada en el menor.

HB— El oficial Park, ¿te gustó? —

H— Lo hice por Haru — respondió cuando supo a que se refería su vampírica pareja. 

HB— Oh si claro — caminó hasta Hyuk. — y dime ¿crees que es correcto? — Hyuk rodó los ojos y miró a su esposo con una sonrisa. 

H— Cariño, hay una buena explicación para ello —

HB— Habla —

Hyuk sabía que HongBin estaba muy celoso.

H— Creo que Haru mató a unos chicos — HongBin lo miró — y no solo él esta involucrado, sentí que el oficial sospechaba de nosotros y tuve que aplicar mi ternura, ya sabes.—

HB— Oh vaya — dijo — de todas formas, no me gusta —

H— Vamos cariño, ¿quieres que te compense? — sonrió sensualmente mientras se acercaba a HongBin. Se quitó su abrigo y después su playera para dormir, sus piernas no estaban abrazadas por algún pantalón. Solo quedó en ropa interior y se sentó en el sofá, se acomodó y abrió sus piernas. — ¿sabes? Tampoco hemos tenido momentos a solas... Haru no está, ¿que te parece... Hacerlo? — se mordió su labio inferior y gimió cuando el predador de su marido se montó sobre él iniciando una batalla de besos.

HongBin no se detuvo para dejar suaves besos en el cuerpo del menor, simplemente lo penetró y Hyuk gimió tan alto que hasta la vecina pudo oír. Sus manos cayeron en los hombros del mayor y los apretó hasta que sus uñas terminaron encajándose en la pálida y suave piel del otro. 
Tuvo que sostenerse poco después con su mano derecha de la pared antes de que el sofá golpeara por las embestidas.

H— ¿T-te he dicho que eres muy rudo? — se quejó.

HB— Cada vez que lo hacemos, y debo aclarar que te gusta — sonrió tiernamente y Hyuk se mordió el labio.  

Siguieron unos segundos cuando un picor en la yogular de HongBin lo distrajo. Rugió alto por el coraje, estaba deshaciéndose de placer al ver las expresiones de Hyuk, como se mordía el labio incitándolo a que le diera más y sus murmullos diciéndole lo exquisito que se sentía en su interior.

EL SILENCIO DE LAS ALMAS [VIXX] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora