Capítulo II: Rosario

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Al día siguiente, decidí levantarme temprano para recibir a Seth, que arribaba de un largo viaje desde Leska. Desde la ventana de mis aposentos, se podía divisar un carruaje bastante lujoso aproximándose. Inmediatamente, alguien tocó a la puerta.

—Señor. Seth, su consejero está por llegar.
Abrí la puerta y se trataba de Ulmyn, mi fiel siervo y maestro.
—Buenos días Ulmyn. Estoy informado, gracias.
—¿Necesita algo, mi señor?
—Necesito vestirme para la ocasión.
Ulmyn asintió. Se dirigió a mi ropero y sacó una túnica roja con cuello alto y sin mangas.
—Ese está bien.
Ulmyn me vistió y me arregló el cabello para estar preparado.
Me despedí de mi servidor y me dirigí a los aposentos de mi hermano para notificarle de la llegada de Seth, pero Sieg no estaba ahí.
—¡Rem!—gritó Sieg a mis espaldas.
Me di la vuelta y allí estaban Seth y Sieg. Ladeé mi cabeza y les sonreí.

Había pasado un buen tiempo desde que no veía a Seth. Estaba más delgado, me preocupé de que la guerra le hubiera afectado. Es como un hermano y siempre lo ha sido desde nuestra más tierna infancia. Me pregunté cómo llegó hasta aquí sin tener conflictos. Mientras Sieg nos guiaba hacia el jardín, Seth, casi leyendo mi mente a través de sus ojos, me dijo:
—Atravesé Egelven y Kaeon sin problemas por si te lo preguntabas, Remenar. La relación entre Leska y Nagar no va del todo bien, así que desgraciadamente tuve que tomar el camino largo por el reino situado al oeste de Leska: Egelven, con el que mantenemos una buena amistad.

Seth era todo un experto en leer mis pensamientos. No había nada que le pudiera ocultar.

Era verdad. El Rey de Nagar y la Reina de Leska se detestaban. En cambio en Egelven, la Reina era realmente noble. Dejaba pasar libremente a todos los habitantes del reino y tenía una relación especial con Leska. Egelven era sin duda el reino más grande en todos los aspectos.

—¡Seth, juguemos alrededor de la fuente otra vez!
Seth le miró, empezó a reír y a correr detrás de él.
—Sieg, ¡luego no te arrepientas si te gano!
"Las rosas se están marchitando; el otoño está por llegar" pensé, mientras escuchaba las risas de Sieg y Seth. Me pregunté si en el resto del reino existiría también gente feliz. Mi hermano menor y yo nunca hemos salido de Iryalia. Todo lo que sabemos es gracias a nuestro padre, Ulmyn y Seth.

Después de unas horas de profunda admiración hacia las flores del jardín, fui a visitar a mi padre a la sala del trono para hablar como acostumbramos a hacer a diario.

—Buenas tardes hijo mío. Tenemos un momento para hablar de lo que quieras. Luego tengo una reunión con Seth y Ulmyn.
—Padre, ¿hay algo de Naagram que no me hayas contado?
Mi padre guardó silencio. Se levantó, empujó levemente el trono por detrás y sacó una caja llena de polvo. Sopló la caja y me la extendió.
—Puede que aquí encuentres la respuesta, hijo.
Tomé la caja y la abrí. Lo primero que vi fue un robusto rosario que lucía realmente pesado sobre una tela de color granate muy sedosa. Era de hierro macizo que estaba parcialmente oxidado. Al lado del rosario, había otra caja más pequeña con una manivela a un costado. La caja era color caoba, hecha de madera con un precioso tallado. Se trataba de una caja musical. Hice girar la manivela unas cuantas veces hasta el límite. Entonces la caja se abrió lentamente y tocó una suave y melancólica melodía que me sonaba muy familiar.
—Esto es increíble, padre. ¿Por qué lo mantuviste en secreto?
—Ese rosario te pertenece ahora, pero me temo que aún no estás listo para llevártelo.
Fruncí el ceño y seguí escuchando la melodía.
—¿Qué debo hacer?
—Demostrar que eres digno de llevar este símbolo divino.
—¿Cómo?
Mi padre sonrió y me revolvió el pelo. Escuché las puertas abrirse. Seth y Ulmyn entraron a la sala.
—Llévate la caja, es toda tuya, pero por ningún motivo te pongas el rosario.

Decidí hacer caso a sus órdenes por esta vez, ya que parecía tratarse de algo realmente serio.
Me dirigí a mis aposentos con el rosario en mis manos y me senté en mi cama a pensar.

¿Qué deberé hacer para merecer este rosario?


*Foto: Dibujo de Seth

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