Mientras Aida estaba con Miriam yo pasaba las tardes yendo a jugar al baloncesto, que es lo que me hace desahogar. Desde que me dijo que sí quería salir conmigo no parábamos de hablar por whatsapp, a todas horas. Cuando iba a la playa, cuando estaba en la casa, a las tantas de la noche... me encantaba. Recuerdo que fueron una noche a dar una vuelta y tomar algo, y ella aún así seguía hablándome. Me contó que de vuelta se habían puesto a jugar a llamar a las puertas y a correr. Sí, como niñas pequeñas, tuvo gracia y lo recuerdo con mucho cariño. También que una noche llamaron a la hamburguesería TGB. Incluso una vez, que estaba duchándose me contó que de repente Miriam empezó a chillar y la puerta del baño tenía el cerrojo echado. Aida salió corriendo de la ducha como pudo y resulta que por lo que Miriam gritaba era por una cucaracha, y que Aida se rió de ella. También cómo me decía cuando estaba en la playa que me esperara, que se iba a bañar, también me mandó una foto de una especie de roca o casa que estaba adentro del mar y del que se había subido y saltado. O un día que se quedaron en la playa a ver el amanecer y me quedé hasta las tantas hablando con ella, y ella me decía de vez en cuando que dejaba el móvil para guardar batería y poder seguir hablando conmigo más tarde.
Por fin llegó el día que con ansias esperaba, el de que Aida volviera a Sevilla. Recuerdo que ese día no salí y esperé a que ella viniese, aunque tardó un poco. De hecho vino cuando ya había oscurecido, sobre las 10 o así y estaba cansada. Me dijo que pararon en un bar a tomar algo antes de llegar a su casa y que ella ya no aguantaba más sin verme y que se iría para quedar conmigo, así que le dije que iba a recogerla y que fuera viniendo hacia donde yo estaba. Aún me acuerdo como por el camino iba pensando sobre qué haría al verla, si la besaría o la saludaría normal como siempre, estaba muy nervioso. Cuando más o menos había avanzado bastante, no conseguía verla por la parte de la acera en la que yo estaba, asi que miré hacia la otra acera y allí estaba. Le dije por whatsapp que se esperara, y casi corriendo crucé el paso de peatones y me paré en frente de ella. Recuerdo que tenía la cara sonrojada, tal vez quemada del sol o tal vez porque estaba tan nerviosa como yo. Finalmente, sin pensarlo dos veces, nos besamos. Jamás se me olvidará ese beso, fue como una inyección de adrenalina y ternura a la vez. Me puso el ánimo por los Aires, y quería gritar, correr, y saltar de la alegría. Fuimos a mi casa, estuvimos en la puerta con mi madre ya que ella en verano siempre sale a tomar el aire con mi vecina. Estuvimos hablando y yo, sinceramente, aún no me lo podía creer, era el chico más feliz sobre la tierra en esos momentos. Cuando pasó un rato, fui a acompañarla a su casa ya que era un poco tarde. Al llevarla a su casa vi a su madre y me puse también muy nervioso, no sabía donde meterme ya que me daba mucha vergüenza, cosa que no me pasaba normalmente.
Al día siguiente mi madre trabajaba por la mañana y yo tenía que quedarme con mi hermano, así que pensé en llevarlo al parque y así aprovechar y ver a Aida, ya que en una semana se iría a Madrid a casa de otra amiga, Paola (una chica muy simpática por cierto) donde pasaría unos días. Pasamos la mañana en el parque, mi hermano correteando por ahí y yo con ella, nervioso aún, sin saber de que hablar, solo quería quedarme en silencio y admirar su belleza, decirle que la quería muchísimo, contemplarla y besarla.
De alguna forma u otra yo llegué inesperadamente a su vida diciéndole que quería intentar tener una relación con ella. Me dijo que llegué en un momento en que le hacía falta un poco de apoyo y alguien que estuviese ahí, y eso es lo que hice. Ella antes de yo pedirle salir ya se había fijado en mi, pero no se atrevía a dar el paso por miedo a perder la amistad, precisamente lo mismo que me ocurría a mí. Siempre me ha dado rabia no haberme dado cuenta de que yo le gustaba a ella y no haberle expresado mis sentimientos antes.
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A Veces Los Comienzos Nunca Tienen Fin
RomanceNo os mentiré. Esta es la típica historia del chico social y la chica tímida, pero no os preocupéis; quedaos y no os arrepentiréis de leerlo. Esta es una historia real, basada en lo que he vivido con mi novia, alguien muy importante para mi. Todo es...