Capítulo 3 el arribo

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Capítulo 3 el arribo

Dejamos a un lado la tensión entre nosotros referente al tema que habíamos tocado horas antes y comenzamos hablar de otras cosas más interesantes.

- El pertenecer al reino del infierno te hace inmortal ¿cierto? - el asintió

- Aunque, ¿de qué sirve la inmortalidad? Somos un reino en donde nuestro tope de edad para reinar es hasta los 200 ¿y luego qué? ¿de qué sirve la juventud infinita si todos los que te rodean mueren? - se pudo notar cierto tono triste en su voz

- Debe ser duro - el simplemente suspiró y sonrió con simpleza.

- Ya te vas a casar conmigo - maldito idiota

- No me presiones - soltó una risilla, era bueno hablar con alguien de vez en cuando. Debido a mi descendencia y al reino al que pertenezco, prefería hacerme pasar por una persona normal. Me alejé de todos mis compañeros del internado por miedo a que me descubrieran. Era lindo sentirme distinta

- No recuerdo la primera vez que me sentí tan libre - lo miré con cierta extrañeza

- ¿eh? ¿a qué te refieres? - Sebastian sonrió y apoyó sus codos en la mesita

- Con Monique es muy difícil estar tranquilo. De un momento a otro estamos discutiendo y al otro segundo podíamos estar relativamente bien - si les soy sincera, no entiendo en lo absoluto las relaciones.

- Debe ser complicado - Sebastian me miró con curiosidad

- No me digas que nunca has tenido novio - me removí incomoda en mi puesto

- P-pues algo así, no tengo tiempo para ese tipo de cosas, es decir, he estado estudiando magia y para ser una buena reina para mí pueblo. Nunca he considerado tener una pareja o lo que sea, hasta que mamá me dijo que debía casarme y todo ese tipo de cosas que piensan las madres - suspiré

- Debe ser agotador tener que pensar en una pareja potencial - asentí - deberías dejar de pensar en ello - Sebastian sonrió - aquí estoy yo, no hay necesidad de enamorarnos ni nada de eso, puede ser un matrimonio por conveniencia y alianza - me tensé. Eso es lo que menos quiero o al menos hasta que sienta que es estar enamorada.

- ¿Cómo antes? No gracias, o al menos hasta haber sentido que es estar enamorada y amar en serio. Quiero amar hasta que me duela, quiero sentir algo tan fuerte que simplemente no pueda con el - Sebastian me miró y sonrió

- Una romántica empedernida enmascarada de una chica dura - gruñí - y gruñe - una sonrisa burlona se plasmó en sus labios - no hay problema por eso _______, si nos casamos, puede que en dos años o más nos enamoremos - negué

- No tienes remedio - el sonrió

- En serio quiero que mis hijos tengan tus poderes, tendríamos un linaje muy poderoso - rodé los ojos.

- No me presiones Michaelis, hay muchas cosas que debo hacer antes de contraer matrimonio con alguien. Quiero salvar a mi reino antes. - Sebastian se encogió de hombros.

- La propuesta sigue en pie - sonreí, no quería decir nada más al respecto - quiero dormir y me acostaré en tus piernas - un momento ¿Qué? Sebastian se acercó a mi rostro, estaba tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban y cerró sus ojos -son las piernas de mi futura esposa, no habrá problema alguno- Sebastian acomodó todo y por debajo de mi silla apareció un descansa pies, al igual que del asiento de el, recostó su cabeza en mis piernas y fijó sus ojos en los míos - descansa - dijo mientras cerraba sus ojos.

Reformatorio (Sebastian Michaelis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora