Capítulo 4 el final inevitable y el comienzo de una montaña de problemas
Al despertar, pude ver el rostro de Sebastian completamente relajado. Sin ninguna sonrisa burlona plasmada en el, se veía tan plácidamente dormido que, a quien engaño, necesito zafarme de su agarre y darle la medicina.
Toqué su frente y la fiebre había bajado un poco, esto no solo se quita con una simple siesta. Me logré zafar de su agarré y bajé las escaleras rápidamente, agarré el libro de medicina mágica que estaba encima de todos los demás libros y subí las escaleras hasta mi habitación.
Sebastian estaba acostado boca abajo y miraba hacia la puerta, esperando quizás a que yo entrase.
- ¿por qué me dejaste? – sonreí y negué
- Aquí estoy, no seas un llorón – hundió su rostro en la almohada y se acostó boca arriba.
- No me refería a ahora – no entendía absolutamente nada, puede que esto haga parte del delirio por la fiebre.
Abrí el libro, busqué en el índice y encontré la cura. Dije las palabras y un rayo de luz salió de mi mano, para luego rodear a Sebastian y así curarlo.
- Tomará media hora para que haga efecto Sebastian- fijó su mirada en mi – iré a desempacar, si quieres cuando te sientas mejor puedes ir a tu apartamento y...- el sonrió
- Me quedaré aquí – lo miré fijamente, sin reaccionar de ninguna forma, solo estaba ahí, mirándole fijamente.
- ¿disculpa? – el se estiró
- Me quedaré aquí con mi futura esposa – sin reaccionar, no hay ninguna reacción. -¿te molesta? – y sacudí mi cabeza.
- Por más que me niegue, no vas a hacerme caso ¿cierto? – el asintió
- Esa es mi chica – suspiré
- Cuando termines el tratamiento en treinta minutos, baja a comer algo – el asintió y se enrolló entre las sabanas.
No me logro hacer a la idea de lo que está sucediendo en estos momentos. Sebastian hacia unas horas que ni sabía de mi existencia y ahora se le metió en la cabeza que debe casarse conmigo. Esto es completamente una ridiculez.
Llegué a la cocina y me dispuse a preparar algo liviano, eran más o menos las tres de la mañana, no tenía sueño y tenía hambre.
Preparé algo de té verde y unas galletas de leche. Me senté en el sofá de la sala y me dispuse a leer el libro de medicina mágica.
Debía poner todo mi empeño en aprender todo lo que pudiera acerca de la magia. Cuando volvamos al internado, le pediré al director que me aumente las horas de las clases de magia, necesito practicar muchísimo más, todo sea por el bien de mi pueblo.
- ¿Qué haces? – vi a Sebastian detrás de mí y si les soy sincera... estuve a punto de tener un paro cardiaco. Fijé mi mirada, no la pude retirar por unos largos diez segundos, hasta que recuperé la compostura.
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Reformatorio (Sebastian Michaelis)
Fanfiction78 reinos, 4 categorias. Alianzas y una rebelión en proceso. dos personas que ¿ya se conocían? dos reinos ¿enemigos o amigos? Los dibujos que aparecen en la historia NO son míos. créditos a su respectivo autor .