6. El psiquiatra

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- Entiendo. ¿Pero sigues viendo cosas así?

- ¿Por qué lo pregunta?

- ¿Cómo que por qué lo pregunto? Soy tu psiquiatra, tengo que saberlo. Ya me has contado lo que pasó, no va a suceder nada malo por responderme.

- Cierto, lo siento, Dr. Herd.

- Entonces, ¿sigues viendo sin rostros o no?

- No lo sé. No estoy seguro. Desde que tomo las pastillas no. Pero también es cierto que desde entonces no veo a ningún humano, excepto a mí. Bueno, y ahora a usted.

- ¿Cuánto tiempo llevas tomando la medicina?

- Todo eso ocurrió cuando tenía 19 años, ahora tengo 21. Dos años.

- Creo que va siendo hora de comprobar si sigues enfermo o ya estás curado. Ah, por cierto, tienes algo raro en la cara.

- ¿Algo raro? ¿El qué? ¿Me puede dejar un espejo y así me lo quito?

- Bien, tómalo.

- Dr. Herd... Tengo que decirle una cosa.

- ¿Qué ocurre?

- No tengo cara. ¿Dónde está mi boca? Mi nariz, mis ojos... No tengo.

- Iván, ¿qué ocurre?

- Cierto, no tengo boca, no puedo hablar. Sólo pensar.

- ¿Iván? ¿Por qué miras así al espejo? ¿Iván? Contéstame, por favor. Bien, tendré que llevarte a tu habitación, te aumentaré la dosis. Descansa.

Sin rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora