1. «Cuando cuente hasta tres despertarás. Uno... Dos... Tres.»

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«Cuando cuente hasta tres despertarás. Uno... Dos... Tres...»

Y así desperté. Estaba muy confuso. Era un lugar extraño, anormal. Era todo oscuro, muy oscuro, de noche constantemente. Las casas colgaban de la nada, deslizándose hacia abajo hasta terminar con forma de gotas. Caían cosas del cielo, pero no era lluvia, tampoco objetos definidos. Eran... Cosas. Pero cuando llegaban a mí, no me tocaban, me traspasaban o desaparecían. Había animales, pero no como los que conocemos todos. No tenían cabeza, y si tenían, tenían dos. Los perros tenían alas, las mariposas patas de perro, y así sucesivamente, con todo tipo de animales. Y por si fuera poco, las personas no tenían cara, no se movían, estaban quietas todo el rato. Sin embargo, si apartaba la mirada por un momento y volvía a dirigírsela, estaban en posturas y lugares diferentes.

Les llamé "sin rostro".

Sin rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora