Ignorando lo que estaba ocurriendo empecé a caminar, quería investigar la zona.
Conforme avanzaba, más extraño me parecía todo.
Había un reloj levitando, pero sus agujas iban en sentido contrario. A su lado había otro, aunque éste era de arena. Diría que acababan de darle la vuelta, pues había muy poca arena en la parte inferior.Seguí caminando, pero ambos relojes me seguían. Por un momento pensé que era una ilusión óptica, como cuando vas en coche y observas como la luna te persigue. Pero no, realmente iban detrás de mí. Decidí obviarlo, al igual que al resto de cosas. No había nada normal allí.
Me quedé ciego. Una luz muy intensa apareció de repente y me deslumbró. En cuanto pude visualizar algo de nuevo vi una silueta femenina que me resultaba familiar. Era mi madre.
- ¿Mamá? ¿Qué haces aquí? - pregunté.
No me respondió. Sólo me miraba. Era la única persona con rostro de allí, pero era como si no tuviese nada más que dos ojos enormes, observadores, imponentes. Daba mucho miedo. Pero lo que más miedo daba era que ella estuviera allí, delante de mí. Mi madre había fallecido hace años.
- Mamá... Contéstame. ¿Qué haces aquí? Se supone... Se supone que estás muerta.
Continuaba sin responder, mirándome como si le estuvieran obligando a ver una película, poniéndole pinzas en los ojos para que los mantenga abiertos.
Mirándome como si no hubiera nada más.
Mirándome como si hubiese algo extraño en mí.
Me caí al suelo. Todo empezó a temblar tan fuertemente que no pude aguantar el equilibrio. Cuando el temblor cesó, miré al frente y mi madre había desaparecido.
Comencé a sentir un cosquilleo en mis mejillas, y cuando las toqué, mis dedos se humedecieron. Lloré como si fuera el último día de mi vida. O mejor dicho, la última noche, pues todo seguía oscuro, sin el mínimo rayo de sol.
Observé los relojes, continuaban persiguiéndome. El de arena había avanzado un poco. El otro... Había atrasado, pues como he dicho, las agujas iban en dirección contraria.

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Sin rostro
Gizem / Gerilim"«Cuando cuente hasta tres despertarás. Uno... Dos... Tres». Así me desperté. Estaba muy confuso. Era un lugar extraño, anormal." Así comienza un misterioso relato sobre un chico de 19 años que se despierta escuchando ocho simples palabras. Tras el...