Capítulo 5

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Entre a la habitación que me toco, era bastante grande, la cama... ¡Por Dios! La cama era muy cómoda, en cuanto apoyé mi cabeza en la almohada caí rendida a los brazos de Morfeo, se ve que a pesar de haber dormido todo el viajé no fue suficiente.
Desperté a las seis de la tarde, baje a recepción.
-¿Discúlpe, será que puede prestarme el teléfono? Necesito hacer una llamada y el teléfono de mi habitación no funciona- La recepcionista me miró y puso mala cara
-Discúlpe, dígame su habitación y lo mando a reparar
-Oh no, no hace falta, reparenlo luego, sólo necesito hacer una llamada ahora
-Bien, tomé el teléfono ¿Señorita..?
-Mila Cloiman- al oír mi apellido cambió su cara, creó que se dio cuenta con quién estaba hablando, lo que más me molesta es que me traten distinto por ser una empresaria exitosa, debería de tratar con amabilidad a todos no sólo a mí.
Llame a casa de mis padres, en estos momentos deberían de haber llegado ya, mientras suena el teléfono miro el reloj de pared que marca las 18.30
-¿Diga?-era la voz de mi madre
-¿Cómo estás mamá?- dije suspirando, sabía lo que aunque descansará una semana del trabajó mi madre me estresaria igual que sí estuviera trabajando, pero no podía seguir negandome a estar en navidad.
-¡Hija! ¿Dónde estás? En el identificador de llamadas aparece el prefijo de aquí, quizás este andando mal
-No anda mal mamá, estoy aquí, pero no insistas en ir a casa estoy bien en el hotel, sólo te llamaba para que lo sepan
-¿Porqué no quieres quedarte en casa?
-Ya fui y no me siento cómoda
-¿Vendrás a cenar?
-Si- puedo jurar que ahogo un gritó de felicidad, se que estaba siendo dura con ellos, pero no podía evitarlo
-Bien, le dire a tu padre que pase por el hotel a buscarte en media hora
-Mamá si no te molesta, quisiera bañarme e ir sola en taxi
-Si me molesta, bañate que tu padre te espera fuera del hotel si te retrasas
-No sabes ni en que hotel estoy
-Si lo se, reconozco ese número de teléfono, estás en el hotel de la calle principal
-Bien, me ire a bañar asi no lo hago esperar, adiós.
-Adiós cielo.
Corté la llamada y cuando me di vuelta para devolverle el teléfono una chica estaba detrás mío, demasiado pegada a mí ¿Quizás estaba escuchando mi conversación?.
-Tomé señorita muchas gracias
-No hay porque- me respondió amablemente tomando el teléfono.
-Oí que no funciona tu teléfono- reconocí esa voz, era Clara
-Oh, no no funciona- dije mirandola, esos ojos chocolates me fascinaban
-¿Porqué no fuiste a mi habitación? Te hubiese prestado el que esta allí, si funciona- la mire desencajada, esa mujer no me conocía y me estaba invitando a su habitación, (algo poco común en esa época) - como amigas que podemos ser
-Bien, lo tendré en cuenta para la próxima- le sonreí y me retiré de allí, subí a la habitación y me bañe, cambie y baje rápido, ya habían pasado 40 minutos, pobre mi padre, al bajar lo vi en recepción, quizás preguntando por mí por hacerlo esperar tanto.
-Papá- dije al acercarme, me vio y me abrazó fuerte
-Mi niña- no podía creer que luego de un año me este abrazando así cuando practicamente me hecho del país por besar a una chica, le correspondi el abrazó, no con la misma intensidad pero lo abracé. -¿Porqué tardaste tanto?
-Necesitaba bañarme y relajarme un poco
-Jaja seguro por el interrogatorio que hará tu madre al a penas verte
-Se que tú también lo harás- río y me tendió el brazo para que lo tome de ahí e irnos al auto.
-Siempre supe que tienes una mente brillante hija, pero al ver como has hecho crecer la empresa, me llena de orgullo
-Papá- desvío un segundo la vista del caminó para mirarme- hoy no hablemos de trabajo, ya tuve demasiado todo este tiempo
-Esta bien, hoy no hablaremos de trabajo-sonrío y sonreí por inercia, mire por la ventana, hacía frío y eso me tranquilizaba, quizás porqué es la época del año que más me gusta.
Llegamos a la casa, a penas pisar la sala de estar mi madre vino a recibirme
-¡Milá! Has vuelto- me abrazó y a ella tampoco podia abrazarla con la misma intensidad, pero al menos la abracé- te extrañe mucho- no podía decir lo mismo pero tampoco quería herír sus sentimientos, así que sólo asentí.
Nos sentamos a comer la pasta casera que había preparado mi madre, para ellos la pasta casera se comía los domingos de lluvia y en momentos especiales.
-¿pasta?- dije luego de un silencio incómodo
-Sí, para nosotros es especial hija que estes con nosotros luego de mucho tiempo- dijo mi padre y mi madre asintió
-Es bueno saber también que no estuve lejos por desicion propia
Mis padres se miraron entre ellos y suspiraron -Ya entenderás cuando seas madre- dijo mi padre restandole importancia- ahora cuéntame como es tu vida allá
-No se lo que es eso Papá, nací viéndote a ti, me dedicó a trabajar, mi único amigo allí es a quién deje a cargo la empresa, mi mano derecha
-¿Federik? - dijo mi padre sonriendo, en ese momento me arrepentí de haberselos contado
-Sí
-¿Cómo es él?- oí decir a mi madre y cuando la vi me guiño un ojo
-Ni lo sueñen- dije cortante
-¿Que no soñenos qué Milá?
-Tú madre a tu edad ya tenía una família, en algún momento debés sentar cabeza
-Papá, vine a pasar Navidad con ustedes y estar tranquila una semana, lejos del trabajo, trata de no decirme a que edad debo ser madre o formar una familia- me miró mal, supe que si seguía hablándole de esa forma y en ese tono me iría con la mejilla marcada al hotel - ya lo haré- suavize mi voz- estoy concentrada en la empresa, tengo nuevos proyectos- di en la tecla porque en pocos segundo su aspecto cambio
-Eres maravillosa en la empresa, nos has llenado de dinero en poco tiempo, pero trata de darle un poco de importancia a tu vida... Ya sabes, no queremos que te tilden de "la hija solterona de los Cloiman"
-Claro que no Papá- sonreí sin mostrar los dientes, sabía que esta semana sería dura.

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Volviendo a enamorarme... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora