XXXI. Merecemos ser felices.

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Noah ha salido del centró de rehabilitación y lo primero que hizo al verme fue salir corriendo para abrazarme ,luego me dio un beso que pareció el más eterno dé todos,por que realmente lo necesité tanto y él me necesito tanto también.

Está más delgado, incluso puedo sentir sus clavículas .

-- Te eche de menos, como no tienes idea -me dijo,y me abrazó más fuerte -

Sentí como su pecho estallaba contra el mío  y sentía la arritmia cardíaca

-- Yo también  -dije- pero ahora ya estamos aquí!  Recuperandonos mutuamente.

-- Ahora toca la parte más difícil, abstenerse ¡Joder!  Los malditos demonios tienen que dejarme en paz de una vez

-- Merecemos ser felices pero no quiero sin ti -dije-

--No podemos decidir ésas cosas. Puedes  ser feliz contigo. Yo siempre estaré aquí, éso no lo dudes.

Sono a despedida...

--¿A que te refieres? -pregunté -

--No sabemos qué pasará el día de mañana, simplemente por que no se puede predecir el futuro pero yo ya he hecho un gran hueco en ti, Elizabeth. Y tu has hecho un gran hueco en mí. Y esos huecos son los imposibles de llenar por alguien más.

Y lo qué él no sabía era que ya había ocupado demasiado espacio en mí.

Caminamos, caminamos y caminamos.

Subimos a nuestro pequeño rincón , nuestro lugar desde aquella noche.

Vimos el atardecer.

Callados.

Tomados de la mano.

Mirando cómo el mundo se destruía.

Y nosotros como dos psicópatas riendonos.

¿Tú me esperarías toda la vida? [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora