8.-"Lo más hermoso de una chica"

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POV'Peyton

Volví a tocar la puerta y esperé unos segundos a que esta se abra. Ya había pasado otro día desde que no veía a Andrea y la verdad es que me preocupaba mucho si la había pasado algo o peor aún si le había pasado a Sarah.

Al cabo de unos segundos el rostro de Andrea apareció en la puerta. Parecía mucho más demacrada de la última vez que la vi, unas ojeras asomaban debajo de sus ojos azules haciendo que se notasen más todavía, se notaba que había hecho el esfuerzo de cubrirlas pero no lo habia conseguido del todo.

-Srt.Peyton-se veía sorprendida ante mi repentina visita-no esperaba verla por aquí, se le ofrece algo?

Entendía su desconcierto, después de todo no había avisado que vendría

-Siento venir sin avisar-le dije sincera-pero estaba preocupada por ti, pensé que te habia ocurrido algo o a Sarah

Antes de que pudiera contestar se escucho una voz que provenía dentro de la casa

-Andrea, hija quién es?

Era Sarah, agradecí instintivamente por escuchar su voz. Por lo menos estaba segura que no le habia pasado nada a ella.

-Puedo pasar a verla?-le pregunté a Andrea.

-Por supuesto, no sabes cuanto pregunta po ti-me dijo con una pequeña sonrisa-estoy segura que le encantará verte.

Me encaminé dentro de la casa siguiendo a Andrea hasta el cuarto de Sarah. Conocía la casa perfectamente como si fuera la mía, puesto que no era la primera vez que venía a visitarla.

Cuando era pequeña y en ese entonces Sarah todavía era mi nana, recuerdo que odiaba los fines de semana porque esos eran los días en que Sarah tenía el día libre y a mí no me gustaba quedarme con nadie más. No importaba todas las nanas que contrataba mi madre yo no me acostumbraba a ninguna y si tenía suerte alguna de ellas me llevaba a casa de Sarah si se lo pedía. La quería demasiado, hasta ahora la quiero mucho, ella fue para mí lo que mi madre nunca pudo llegar a ser.

Nos detuvimos cuando llegamos al marco de la puerta de la habitación de Sarah en ella solo estaban Sarah y Gina, la enfermera que se ocupaba de Sarah. Andrea entró antes que yo y se acercó a la cama en la que estaba.

-Mamá-se aguachó para estar al mismo nivel de Sarah-mira quién vino a visitarte.

-Peyton-dijo mientras me miraba fijamente-después de ti ella es la que más se preocupa por mi-dijo ahora mirando a Andrea.

-Las dejaré solas para que puedan conversar-se levantó alejándose de la cama-vamos Gina, dejémosles un poco de privacidad.

Seguido de eso me hice a un lado para que ambas puedan salir de la habitación.

Ya solas me acerqué a Sarah.

Lo primero que noté me afectó mucho, demasiado diría yo y me hizo cuestionarme si habia sido buena idea venir. La persona que estaba en la cama no se parecía nada a la Sarah que yo conocía, parecía que en los últimos días habia envejecido unos diez años, sus labios estaban rajados y secos, sus ojos azules ya no tenían su brillo de siempre ahora yacian ojeras debajo de ellos, su cabello ahora estaba mucho más largo que de costumbre que caía por sus hombros hasta llegar a su camisón blanco. La persona que estaba delante de mí no era Sarah, pero luego me sonrió y en ese momento justo en ese momento sentí que todo estaba bien, que ella estaría bien que no padecía una enfermedad que tarde o temprano acabaría con ella, que se levantaría y me llevaría a casa y cuidaría de mi como solo ella lo sabía hacer, me abrazaría y me diría que era no llorara por ella, justo como lo estaba haciendo en este momemto, ella limpiaría mis lágrimas ahora y diría algo para hacerme reír y así olvidarme de este mal momento.

-Peyton-su voz era de lamento, se sentía mal por mi, pero no, no podía dejar que me viera llorar.

Tenía que ser fuerte, tenía que serlo por ella.

Como pude limpie rápidamente mis lagrimas y me arrodillé al lado de la cama para etar junto a ella. Puse mi mejor sonrisa y me esforze para que mi voz saliera lo más normal posible.

-Peyton, mi dulce niña-ella acarició mi mejilla y limpió los rastros de lágrimas que habían quedado-por favor no estés triste por mí. Sabes que lo más hermoso de una chica es....

-........mostrar siempre su linda sonrisa-dijimos al unísono, a lo cuál las dos reímos.

De pequeña siempre que estaba triste me decía lo mismo.

-Sarah-la miré a los ojos-me alegra mucho verte-le contesté lo más sincera.

-A mí también mi niña ya hacia tiempo que no te pasabas por la casa, hasta estaba empezando a creer que ya te olvidaste de mí-una pequeña risa escapó de mí.

-Eso jamás pasará-le aseguré-y sé que no me pasé a visitarte y en verdad lo siento, es que últimamente he estado muy ocupada. Como ayer por ejemplo vino de visita Sabrina con una amiga y se están quedando por ahora en la mansión.

-Sabrina Hoffmann?-me preguntó-la princesa de Holanda? Hace mucho que no había escuchado de ella.

-La misma-confirmé.

-Que está haciendo la princesa de Holanda en Alemania?-me preguntó.

-Digamos que quizo un tiempo para descansar de sus obligaciones reales-me encogí de hombros retándole importancia.

-Bueno pues, mándale mis saludos a Sabrina.

-Lo haré-le aseguré.

El resto de la tarde nos pasamos hablando de cosas triviales, me preguntó como la estaba llendo a Ashton en la universidad, si veía más seguido a mis padres, si Clarisse sabía mantener la mansión en orden y básicamente nos pasamos charlando y rirndo toda la tarde. Por un momento habia olvidado que esa era la habilidad especial de Sarah, o como yo solía llamarlo de pequeña, su poder mágico, ella podía hacerme olvidar de todas mis penas de solo hablar conmigo, su especialidad siempre era hacerme sonreír.

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Sé que quieren matarme y están en todo su derecho pero, primero me gustaría que lean lo que tengo para decir

Pasé por un momento de bloqueó total de inspiración y hasta pensaba en pausar la historia *cosa que no hice*, también problemas personales y entre muchas otras cosas fueron la razón de que no actualizara

No sé que tan seguido actualizaré asi que no prometo nada pero, por lo menos ya dejé atrás la etapa de bloqueo total

Espero que sepan entender.

☆Sophie☆

Impostora a la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora