22° - Travesía

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En el medio de las sombras, allí se hallaba un señor. 
Delgado, blanco y brillante, de las luces protector. 

Hay quien dice que era un angel, un guardián del paraíso. 

Hay quien dice que era un alma, que perdió a quien más quiso. 

Hoy se tuerce su destino, vaga solo entre la peste.
Del infierno ya no sale, hasta enfrentarse a la muerte. 

"He venido a enfrentarte, de tu caída seré testigo."
Gritaba entre los llantos, de príncipes y mendigos. 

Al fin llegó al final, del corredor del infierno.
El jefe ya lo esperaba, y el destino sería eterno. 

Ganar sería la vida, rescatando a su amada.

Perder sería el luto, y una vida condenada.

Enfrentarme a ti no quiero, le dijo el diablo entre risas.
Lo que quiero es tu llanto, decorando sus cenizas. 

Señaló aquella urna, donde yacía la dama,

que algún día había sido, todo lo que él amaba. 

Yo también amé un día, pero años han pasado. 
Vuelve a la vida muchacho, o quédate aquí a mi lado. 

El joven comprendió entonces, que aquel diablo no era malo, 
que era un alma condenada, perdida en un intervalo. 


 



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