Psicología ambiental

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Solamente podemos cuidar nuestro ambiente si somos conscientes de que formamos una unidad interdependiente.

La Psicología Ambiental estudia la conciencia ambiental del ser humano, o sea los procesos psicológicos que intervienen en la relación entre el ambiente físico y la conducta.

Representa un instrumento imprescindible para fomentar el cuidado del medio ambiente, su preservación y su transformación adecuada y racional, evitando comprometer el futuro de las generaciones próximas.

A partir de la década del 70 comenzaron a surgir movimientos a favor del respeto por el medio ambiente, debido al constante deterioro producido en la naturaleza por la explotación irracional de los recursos sin tener en cuenta el equilibrio ecológico.

El hombre puede aprovechar íntegramente lo que le brinda su entorno en función de sus necesidades, producir bienes, e incrementar la producción, sin poner en riesgo la continuidad de esos recursos ni afectar los ecosistemas.

Es necesario incentivar la sensibilidad humana difundiendo los conocimientos indispensables para desarrollar desde la infancia una actitud ecologista y una mayor conciencia de la relación de interdependencia entre el medio ambiente y el hombre.

Cada persona tiene su propia forma de percibirse a si mismo en relación al mundo que lo rodea. Posee una manera de conectarse con su ambiente y una imagen subjetiva de la realidad.

La organización social a la cual pertenece le debe dar la posibilidad de adaptarse con mayor eficacia a su medio natural, mostrando la mejor manera de atender las necesidades básicas, basada en el respeto a la naturaleza y a los ecosistemas.

El individuo que se desarrolla en un contexto preocupado por el aprovechamiento adecuado de los recursos, sin deteriorar el medio ambiente, aprende a tener conciencia de la interdependencia entre él y la naturaleza.

De este modo, las futuras generaciones crearán los medios de supervivencia dentro de un marco viable que no afecte su entorno, tan indispensable como la conservación de la propia vida de los habitantes.

Los grupos humanos pertenecientes a una sociedad se estructuran en función al sistema de valores que sustentan. El niño aprende, se forma y adquiere actitudes que van a influir en su forma de pensar y en su comportamiento de adulto.

Una actitud no determina la conducta pero sí influye en un sujeto en el momento de actuar.

Las actitudes juegan un papel importante en la toma de decisión y en las conductas humanas relacionadas con el ambiente, y resultan indicadores útiles para predecir la disposición de una persona a actuar de una manera u otra con respecto a él.

Una actitud ambiental es la que nos ayuda a elegir el lugar donde queremos vivir y desarrollar nuestro potencial.

Otra actitud ambiental es la que nos lleva a tomar decisiones tendientes a respetar la naturaleza actuando a favor de la ecología.


La psicología durante la adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora