qué es eso de ser uno mismo? ¿Alguien sabe lo que significa? O mejor, ¿alguien sabe cómo se puede dejar de ser uno mismo…?
Por otro lado, ¿alguien sabe por qué ese argumento lleva a la chica a elegir al chico pobre? Y, por último, ¿alguien sabe dónde puedo encontrar la playa solitaria de la película? Agradecería cualquier información a este último respecto.
Como la mente humana es como es, unas especulaciones llevan a otras. ¿Por qué todas las películas terminan cuando los protagonistas deciden casarse? ¿Por qué ninguna comienza justo tras la boda? ¿Qué es lo que pasa después?
Estas cuestiones me llevaron largo tiempo de reflexión, así que para no aburrirles con los tiempos muertos empleados en dichas reflexiones me los salto y entro de lleno en materia.
Mire, el amor pasa por cuatro fases: el enamoramiento, la crisis, la traición y el abandono. Es, precisamente, cuando estamos sumergidos en la primera fase cuando firmamos el contrato de matrimonio. Durante las otras tres fases es cuando nos arrepentimos de haberlo hecho.
Las estadísticas son demoledoras al respecto. El sesenta por ciento de las parejas se separan antes de diez años. ¿Por qué? Porque la pasión –es ley natural- se ha ido apagando. Como consecuencia me pregunté: ¿Siempre ha sido así? Acudiendo a la fuente de la sabiduría suprema –Zoilo, que es muy culto pues lee libros- encontré la respuesta: el romanticismo; el puñetero romanticismo tan sobrevalorado es el culpable.
Este fue el que, en síntesis, fue introduciendo la costumbre de “¿dices que me quieres y me deseas?... Pues firma aquí”. Y entonces comenzó a pasar que cuando “el me quieres y deseas” desaparecía, lo único que quedaba era el contrato de matrimonio y la hipoteca de la casa.
En una pirueta mental, digna del mejor atleta del Circo del Sol, intenté imaginarme como sería una película que comenzara por el final. Es decir, por la boda. Previsiblemente una vez pasada la luna de miel, y que el furor sexual se hubiese calmado, los primeros síntomas de futuros problemas comenzarían cuando él advirtiera en la vecina de al lado atributos que hasta entonces le habían pasado desapercibidos; y ella, por su lado, los encontrara en el