Juguemos un Poco

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Ella sonrió y arqueando una ceja y levanto su puño en señal de saludo.

-Oye muy bien- decía mientras yo por inercia le respondía el saludo del puño con el mio y acto seguido se retiro pasando por mi lado derecho sin mas que decir.

¿Que acababa de pasar? ¿Me dejo en la "Friendzone"? ¡NO PUEDE SER! Con decepción me encamine de nuevo a la pista, no había rastro de Joe y Dani en ningún lado. Los anfitriones de la fiesta organizaban a los muchachos para comenzar un juego con un dado y unas tarjetas que dictaban penitencias absurdas y divertidas para la noche.

-Oveja ven a jugar- me invitaba Alex a participar con ellos.

-No gracias- respondí con dudas.

Varios me instaban a entrar a jugar entre esos estaban Jeremy y el hermano de Arielys, Ariel, quienes me pedían que entrara con ellos. y la chica de hace un rato que se ubicaba sentada en el marco de la ventana. "entrare si tu entras" le propuse, pero ella se negó y siguió animándome a entrar. Claramente cortejarla me sera difícil, y aun más por que eso no es lo mio para nada.

Por fin me anime y me senté en el circulo del juego. los chicos explicaron de que iba, básicamente había un dado con colores, y unas cajas con los colores de los respectivos dados, al lanzar los había que hacer una penitencia de un papel que se sacaba de la caja cuyo color saliera; verde, amarillo, rojo y negro. El verde son las Penitencias mas leves, la dificultad iría aumentando en función de como mencione los colores.

No recuerdo si fue Alex o Nayib pero me dieron a probar a mi primero en lanzar el dado ya que nadie de los presentes jugadores quiso comenzar, luego de mí comenzarían a tirar en el sentido de las agujas del reloj. Tire y salió verde; saque un papel de la caja de dicho color: "debes beber la cantidad de tu edad en tragos"

-En otras palabras, debes beber del vaso diecinueve veces- aclaraba Alex mientras me hacia llegar un vaso grande de licor puro, al parecer era una mezcla de varias bebidas.

Luego del onceavo trago mi garganta me pedía clemencia y casi no podía respirar, igual termine los diecinueve tragos, pero si esa era una penitencia leve pues no me quiero imaginar como serán el resto así que anuncie mi retiro del juego y me aleje tambaleante por el exceso de licor.

-Si no vas a jugar ven y siéntate aquí en el puesto de los que no jugaremos- se dirigió a mi con sarcasmo nuestra chica misteriosa, que yacía sentada en el marco de la ventana con un chico a su lado izquierdo indicándome que me siente a su derecha.

Podría ser obra del destino dándome otra oportunidad y obviamente no lo iba a desaprovechar. De un momento a otro entablamos una amena conversación que sinceramente no recuerdo de que iba con Joe y Dani; que no lo mencioné antes, pero ellas hicieron su aparición mientras explicaban el juego saliendo de una de las habitaciones un poco desarregladas y despeinadas... creo que fue muy incómodo para ellas que las miradas de todos se clavaran en ellas ya que las luces estaban encendidas en el momento que ellas salieron.

La conversación iba bien hasta que me lleve la sorpresa de que ella acertó en el nombre de la universidad a la que yo iba. Pero ¿como? Si era verdad que siempre llevaba el carnet  colgado al cuello con el llavero de la casa, pero a la fiesta no llegue con el si no en el bolso. Le respondí que si y le interrogue un poco, pues resultaba que ella me había dicho que también estudiaba allí. Y al escuchar la carrera que estudiaba ya mis dudas se habían disipado.

-Tu estudias en la Sede Suroeste, pues creo que me confundes con otra persona, yo estudio en el centro de la ciudad- le aclare al darme cuenta que me confundía con otra chica de su Universidad.

Era cierto que en ambas sedes dictaban clases de Publicidad, que era lo que ella estudiaba, y Diseño gráfico que es lo que yo curso, pero donde yo estoy hay muy pocos salones de publicidad y a ella nunca la he visto en alguno se ellos.

Poco después reapareció Oriana, plantándome un muy sexoso beso en la boca, y al sentir que intentaba invadir mi boca con su lengua la mordí con fuerza.

-¡Ay! Me lastimaste bebe- exclamó ella alejándose un poco.

-creo que no mencione antes que me encanta morder- dije de manera sarcástica mientras me bajaba del marco de la ventana.

Me de incorpore de nuevo en la conversación y luego Joe me pidió que le buscara un nuevo trago, al principio no quería ir pero admito que yo también estaba tomando de ese trago así que no quedaba de otra. Luego escuche que la chica de la ventana me pedía algo, creo que también quería que le trajera un trago, era difícil entenderla con el ruido que hacían por el juego. Me reí con mucho sarcasmo y le pregunte que ganaba con traerle uno, ella solo respondió "un gracias" muy sarcástico. Yo volví a reír y me marche a la cocina.

-¿En serio se acabo el licor?- exclame con descontento al notar el refrigerador vacío.

Hace un rato habían dicho que se había acabado todo pero no me lo tome en serio, habían muchas botellas y en la casa habían pocos ¿que había pasado? apenas era la 1 de la madrugada, me negaba a pensar que era cierto y comencé a buscar por toda la cocina. De nuevo llego ella a revisar el refri, le advertí que no había licor allí pero me ignoro, en cambio se sirvió un vaso de agua. Le pedí si me podía servir un vaso y ella arqueo una ceja con indignación.

-A ver... te pedí que me trajeras un vaso, te ríes de mi ¿y ahora me pides que te sirva?- exclamó ella con una sonrisa irónica.

-¡Ah! Era eso, querías agua. Yo creí que querías un trago nuevo- respondí yo intentando aclarar el mal entendido.

-Si claro- dijo mientras servía otro vaso y me lo daba.

-En serio preciosa, además solo quería molestarte- Reí y me tome el agua -

Ella y Yo estábamos empezando a dialogar, al fin tenia la oportunidad de hacer mi acercamiento. Se notaba una chispa entre las dos y sensación de que nuestras miradas penetraban en lo mas profundo de la otra, llegó un momento en el que me pareció, y a cualquiera, el momento perfecto para un beso, estábamos hay mirándonos y ella sonreía de la manera mas hermosa que había visto en una chica. Nadie hablaba, solo nos veíamos y sonreíamos incómodamente. Me acerque con picardía y ella leyó mis movimientos moviéndose hábilmente hacia mi, justo en el momento que nuestros labios se tocarían se alejo dándome a entender que no seria tan fácil.

Suspirando me aleje y me disculpe, aun así, de alguna manera quiso continuar conversando conmigo aun que pensé que mi atrevimiento la iba a alejar de mi. De nuevo la conversación fluyo y se sentía la afinidad, como una burbuja que nos separaba del resto de los demás.

-¡Con que aquí estaban!- Esa voz... escuchar esa voz me causó escalofríos, supe en ese mismo instante que la armonía acabaría...

Perfecta SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora