Capitulo 2

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Todo fue tan rápido, cuando menos se dio cuenta Serena, ya se encontraba en el enorme pent-house de la cantante pelinegra. A la rubia le parecía que la chica que había conocido en la fiesta de su hermana había perdido todo su brillo, la inocente no sabía que Fighter estaba enamorada de su hermana, y a pesar de no ser la reina de la despistes, pronto se daría cuenta de ello.

Fighter solo le había dicho "Sube al auto" y de ahí en adelante no le había prestado la más mínima atención, pero Serena no quiso entrar en conflicto, quería ser fuerte por Lita, ella prácticamente había dedicado su juventud a darle el sustento, lo que más deseaba en este momento era la felicidad de la castaña, además ella pronto cumpliría los dieciocho, no era una niña ya.

–Espera un momento, mientras– le dijo Fighter– puedes darte una vuelta por el lugar.

Fighter dejo su bolso en el enorme sillón blanco y después tomo su celular.

–Artemis, necesito que me hagas un favor.

Con caminar elegante de caderas, Fighter subió al segundo piso del enorme departamento, dejando a Serena sola con su pequeña maleta. La rubia de coletas camino hasta el balcón, desde ahí podía verse la torre de Tokyo, estaba muy sorprendida, de todo, ella prácticamente había vivido toda su vida en el campo, solamente cuando murió su abuelo viajo a la cercanía de Tokyo, para acompañar a su abuela y a Lita en el papeleo de un seguro de vida, pero solo habían sido unas horas ahí. Siguió inspeccionando el lugar, todo era pulcro, una cocina enorme y perfectamente limpia, abrió el refrigerador.

Vacío.

"Con razón esta tan delgada".

Siguió caminado, en el extremo opuesto de la sala se encontraba una enorme pantalla, se asombró del tamaño, era casi tan grande como ella, a su derecha había un pequeño aparato de sonido, oprimió botones aquí y allá, hasta que de pronto empezó la música, era Fighter cantando, lo supo porque el tono de voz era el mismo.

Blue Sky, Blue Sea. Decía con letras digitalizadas en color azul.

"Tiene una hermosa voz"

Tomo asiento en uno de los sofás y simplemente se quedó dormida.

–Rita...ñorita...Señorita Kino.

–¿Eh?

Serena al abrir completamente los ojos, se encontró con un hombre de mediana edad, de larga cabellera platinada.

Serena al abrir completamente los ojos, se encontró con un hombre de mediana edad, de larga cabellera platinada

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–Señorita, la cena está servida.

–¡Quien es usted!

–Perdón por no presentarme antes, soy el mayordomo personal de la señorita Star, llámame Artemis. Pase al comedor– dijo Artemis indicando con la mano.

Las tripas hambrientas de Serena le respondieron, haciéndola sonrojar, el hombre reprimió su sonrisa, cuando Serena estuvo sentada volteo a todos lados.

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