S.

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Te quiero, te dije.
No te hagas esto, no soy quien tu crees...
Esas fueron las últimas palabras que escuché antes de sentir que el mundo se detenía. Podía escuchar mis latidos detenerse, mi corazón romperse.
Te miré a los ojos, esos ojos que me encantaban, me estabas mirando con preocupación. Te veías tan tierno, tan dulce, tan guapo.
Verte duele, aun lo puedo sentir. Son las 3 de la tarde y aun recuerdo tus notas, tu voz, tu tacto. Recuerdo nuestra primera conversación y no me creo como es que todo acabó aquí.
Me gustas, no lo negaré más. Mi corazón te escogió, sabiendo que pude escoger a los demás, ellos eran mas mi tipo, sin embargo, te escogí a ti. Entre todos tu robaste mi corazón, detuviste mi mundo con esa sonrisa.
Podrás creer que esto es falso, pero no sabes, desde que te vi, sentado ahí, me encantaste. Lleno de misterio, lleno de alegría. Eras como una cajita llena de sorpresas, me encantaste desde ese momento. Y hoy, hoy sufro un interminable dolor, verte.
Cada palabra que pronunciaste, me dolió, nublé mi alma como mecanismo de defensa. Pero por dentro, aún te sigo queriendo. Nada me hará cambiar de opinión, nisiquiera tus palabras.
No sé quien seas, pero estoy segura de que me encantaría conocer cada rincón de ti, cada manía y cada pensamiento.
Me gustas, no significa que me quiera casar contigo, o que te vaya a querer. Me gustas como me gusta el viento en mi cabello, la arena en mis pies, el sonido del mar. Me gustas hoy, no sé cuanto durará esto, pero lo que sé es que mientras dure, haré de ello la más bonita de las historias, incluso si sólo habla de amistad.

CATARSIS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora