Todos conocemos el concepto de amor, sin embargo nadie lo comprende. A los 8 años pensamos en un amor lleno de felicidad, un amor de ensueño. Soñamos con príncipes y princesas, con caballos y castillos. Nuestra inocencia no comprende la abstracción del pensamiento aún. A los 12 queremos un amor se novela, un amor que proteja y nunca acabe. Un amor que comparta los gustos que tenemos, un amor fugaz que somos incapaces de entender. A los 17 ya no soñamos, pero creemos conocer el amor. Conocemos al amor de nuestras vidas, o es tal lo que pensamos. Deseamos un amor candente, capaz de comprender y aceptar, aún cuando nosotros no logramos aceptar y mucho menos comprender.
El ser humano es la máquina más compleja, un rompecabezas imposible de resolver. Tenemos tantas piezas y tan poco lugar, que no sabemos como acomodarlas, y en un acto de desesperación decidimos que encajar con alguien más es la mejor opción. Pero siendo sinceros, somos incapaces de encajar con totalidad con alguien más. Nuestras piezas se rompen y se quiebran, modificamos nuestra persona con tal de encajar. Y al final, cuando el último aliento se ha ido, te das cuenta de que jamás viviste en realidad. Nunca conociste la libertad pues tuviste que encajar para estar con alguien más.
Las parejas no se complementan el uno al otro y los opuestos no se atraen. El ser humano lleva el nombre taxonómico de "Homo sapiens", hombre pensante. Sin embargo, vivimos buscando conocer lo irracional. Nunca fue la intención de la dicha evolución concedernos tal deseo, entonces acéptalo. Encajar no es la misión verdadera, como tampoco lo es encontrar el amor.
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CATARSIS.
DragosteEl amor es la materia más codiciada del universo, pero, ¿Cuántas veces no hemos dudado de su existencia?