Cuando salí de clases me sentía pésimo moralmente, ni siquiera podía alzar mi cara de la vergüenza. Quería llamar a Alex pero ya la había molestando mucho esa semana, a Jason también, pero no sé en qué me iba a ayudar. Me sentía mal.
Llegué a mi casa y me acosté. Dormí mucho y tuve un sueño muy raro en el que yo me encontraba en una playa, solo, buscando y buscando algo que jamás supe que era o a dónde me llevaría. El ruido de mi alarma me despertó y faltaban diez minutos para dar las cinco. Me senté en la cama y me puse a pensar. Si iba, Bonnie estaría molesta conmigo toda la noche y después de eso no iba a volver a hablarme; pero si no iba no sólo arruinaría las cosas con ella, sino con su madre y su hermano. Se los debía. Así que decidí ir. Así, con la ropa horrenda que tenía. Tomé un taxi hasta el otro lado de la ciudad, donde ella vivía, se tardó unos treinta minutos en llegar, estaba nervioso. Me dejó en un edificio viejo, que al parecer vivía cerca de una fábrica abandonada, no era un barrio peligroso pero se notaba que en la oscuridad sí daba miedo. Me dijo que apretara el botón del departamento diecinueve .
—¿Sí?
—¿Hablo a la casa de la familia Fletcher?
—¿Eres tú, Kyle? Hola, pasa.
Subí hasta el quinto piso por escalones, sudé horrores, respiré para recobrar el aliento y toqué la puerta. Me abrió una chica de unos veinte años, muy parecida a Bonnie pero en robusta.
—Hola, pasa, soy Jo, su hermana mayor, ¡Bonnie, tu amigo ya está aquí! Toma asiento.
Me senté y el sillón era muy cómodo, me dejé estirar un poco y me acomodé. Empecé a ver lo que podía de la casa. Era algo vieja, pero se sentía acogedora, como una casa feliz. También había cuadros de Jesús y cruces en cada habitación. Se veía que eran muy religiosos. Salió Duane, y me saludó cálidamente y detrás suyo la madre de Bonnie, era bajita y delgada, como ella, pero me di cuenta de que Bonnie se parece más a su papá.—Hola, es un gusto tenerte, Bonnie nos habla de ti con frecuencia. —me dio la mano y luego un abrazo.
—Mucho gusto, señora Fletcher. Lamento llegar tarde, es que vivo justo del otro lado de la ciudad.
—Creía que no vendrías —dijo Duane—. Y mamá ya no es Fletcher, Kyle, su apellido es Coates. —me corrigió desde lejos.
—Lo lamento, Bonnie me habló de eso pero lo había olvidado.
—Tranquilo, pasa muy seguido. —respondió su madre.Bonnie salió vestida como para una fiesta, no se sentía cómoda pero se veía muy bien, se notaba que era de la ropa que su padre le compraba en una tienda de cinco dólares, ya me había hablado de eso antes.
—Sí llegaste.
—No fue por obligación si eso piensas.
—¿Eres adivino acaso? —susurró—. No te mentiré, me alegra que estés aquí, mamá se hubiera molestado sino llegabas.
—Y tú también —aumenté.
—¿Yo? Pero dices que a mí no me importa tu amistad y que sólo pienso en Logan. —sus comentarios sarcásticos de dedicó a decirlos en voz baja— Logan... Logan, el tan hermoso Logan. Por favor, yo ya no importo. No estoy molesta, estoy triste de que pienses esa mierda de mí.Su madre hizo la seña de que la comida estaba lista, nos levantamos del sillón y nos fuimos hacia la mesa, noté que en efecto, la mesa era nueva, muy bonita, cuando vi la mesa busqué a Bonnie pero ella me estaba preparando mi plato con el ceño fruncido.
Su madre preparó una pasta, chile con carne y agua de sandía, y estaba exquisito.
—Señora Coates, su chili es el mejor que he probado.
—Pues muchas gracias Kyle, pues ahora ya sabes por qué Bonnie no come cualquier cosa.
—No me gusta comer basura. —respondió rápido Bonnie.
—Qué asco, tonta, estamos comiendo. —la hermana mayor de Bonnie la empezó a regañar por algo irrelevante.
—Dime, Kyle, ¿tus padres a qué se dedican?
—Mi padre trabaja en una compañía de seguros y mamá, pues antes trabajaba en una empresa similar pero desde que nació mi hermano hace un año decidió no trabajar.
—Qué bien, eso es muy bueno, Kyle, los padres haces un gran esfuerzo por sus hijos. Se lindo con ellos. Supongo que eres un buen hijo.
—Oh, lo soy Señora Coates.
—Está perfecto, yo no tuve oportunidad de empezar una carrera universitaria, me embaracé muy joven, pero bueno, aquí estoy con mi trío de locos, y soy muy feliz así.
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De mis sueños a soñar soñarte.
Novela JuvenilKyle escribe en su diario lo que ha sido sus últimos cinco años de vida enamorado de una chica. Con lujo de detalles nos relata sus sentimientos callados, y lo que un chico oprimido por sí mismo como él piensa sobre el significado del amor. Como Ky...