Capítulo 1

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1 de agosto (un año y medio atrás) : Otro día común en la escuela de verano, solamente rogaba que las clases pasaran rápido, estaba cansado de ver las mismas caras una y otra vez al pasar de mis días. Me ubiqué como de costumbre al final del pasillo cuando de repente una mirada potente se fijó por completo en mí. 10 minutos más tarde todavía sentía el reflejo de esa mirada ¡ya estaba colmando mi paciencia! . Me levanté bruscamente e interrumpí la clase gritando como un loco que dejasen de mirarme pero al voltear mi cabeza hacia ambos lados nadie se fijaba en mi, no hasta el momento en que me mostré como un completo maniático. -Una larga noche - utilicé para excusarme a lo que nadie emitió gesto ni sonido.
Salvado por la campana (literalmente), nunca me sentí tan felíz de oir esa mierda chillar. Tomé mis cosas y me retiré del aula, fui directo hacia la cafetería y al llegar sentí la misma mirada penetrante fijada en mi -esta vez no quedaré como un imbécil- pensé, restando le importancia.
Llegué a mi mesa de siempre y noté de donde venía esa mirada, tan azul y radiante que por un instante creí hundirme en ella.
-Este es mi lugar -esbocé groseramente.
-Disculpame, tú quien eres? - respondió con el mismo golpe en seco o incluso con un puñado mayor de agresividad.
-Pregúntale a cualquiera que se encuentre a tu al rededor, cada uno de ellos lo sabe.
-Pues yo no, incluso me agrada no saberlo .. Lo siento no quise explotar tu burbuja de completo egocentrismo - agregó seguidamente a marcharse.
Quien diablos era esa chica? Raramente alguien se atrevía a hablarme así. Mi primer impulso fue ir al pasillo y reventar mi mano contra el casillero pero por alguna razón extraña me detuve, sentí que solo lo tomaría a gracia y lo usaría en mi contra. No entendería por qué hablo como si fuera mi enemiga, incluso ni siquiera sé quien es (ni me importaba).

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14:00 hora de largarme e ir a casa, fue un día como pocos, raramente no aguanto a nadie (ni siquiera a mi mismo), estaba feliz de que terminasen las horas de clase para por fin despejarme y estar solo. Aliviado me dirijo hacia el estacionamiento, cojo las llaves e intento abrir mi coche pero por alguna razón extraña la alarma se encendió haciendo inútiles mis intentos de apagarla. Luego de cinco minutos dejó de sonar,si, como por arte de magia pero ¿que más daba?  era cansador tener que cuestionarme todo en un mismo día. ¿A caso me volví filósofo? - pensé entre risas, luego subí y me marché. Nunca antes había notado la estrecha distancia entre mi casa y el instituto, parecía un viaje sin fin, sentía que pasaba una y otra vez por el mismo lugar sin notar siquiera una gota de diferencia. Despabilé mi cara, luego de 20 jodidos minutos por fin estaba allí, hogar dulce hogar, que felicidad me produjeron esas cuatro paredes; sentí deseo de abrazarlas e incluso de arroparlas aunque lo último fuera un intento inútil.. Recosté una pierna,luego la otra y por fin me sentía calmo. Nadie estaba cerca, nadie era capaz de molestarme o de mirarme incesantemente logrando una irritación plena dentro de mi. -Mañana nuevamente a la rutina, mierda - me lamenté, lentamente cerré los ojos y me eché a dormir.


Mi ángel del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora