Mi ángel del infierno

Capítulo 3

Miércoles 3 de agosto; "Dí lo que sientes o esos silencios te harán ruido toda la vida"

Otro día más de rutina, no veía la hora de que llegara el fin de semana. Muchos esperan con ansias para llevar a cabo sus planes en cambio lo mio es algo más sencillo, consiste en mi partido de fútbol y luego en disfrutar de mi linda compañía, pasar días conmigo mismo, sin más.

7:40 AM nuevamente llegaba tarde al instituto, esta fiaca ya se había echo rutina, sin ir más lejos diría que se había apoderado de mi. A pesar de mi sueño pesado cada día este se justificaba un poco más, pasé por un día agotador, sin dudas el martes más largo de toda mi existencia. Se sentía tan rara cada pesadilla con hayley parecía que verdaderamente no iba a despertar, sin embargo al final me convencí, estaba volviéndome loco, vivir soñando si que no tenía sentido. Tiene ciertas ventajas ser tan racional (eso no quiere decir que no me haya parecido extraño).

Rápidamente subí a mi coche, Addy esperaba que la recogiese por el callejón al final de nuestro barrio. Oh si, Addy, ¿qué puedo decir de ella? sencillamente es mi mejor amiga, la persona más fiel que puedan imaginar. Debe tener la sonrisa más hermosa del mundo, siempre está feliz y eso es lo que la caracteriza.

Bajo del coche, no se encontraba allí.

-¡Addy! - grito con desespero,cada día pactábamos en el mismo lugar, algo le había pasado.

De repente siento que me toman de la cintura bruscamente, haciendo que me gire al mismo tiempo que mi cabeza se torna de color fuego frente al desespero de no encontrar a mi amiga.

-Preocupado?- Bromea sin más.

-No vuelvas a hacerlo o te irás caminando.

-Me siento alagada john, ¿eres capaz de asustarte por alguien?- Bromea mientras esboza una sonrisa.

-Ya, sube al coche.- Le dije y nos marchamos.

Diez minutos más tarde teníamos la primera clase, geografía, una de las pocas en las cuales coincidíamos con esta chica nueva, me encontraba desconcertado... seguía causando tanto en mi, inexplicablemente.

De repente apareció una amiga de Ad (cuyo nombre desconozco), se paró entre nosotros que sin querer sonreímos. Teníamos una conexión única, eramos como hermanos. -¡VEO QUE SE LO DIJISTE! - Grita,mostrándose contenta. No comprendía de lo que hablaba, pero antes de poder emitir palabra Addy se adelantó, dijo simplemente que no era momento, me abrazó y se ubicó rápidamente en su asiento.

Hayley se encontraba en uno de los bancos ubicados en una fila a mi derecha, a penas podía mirarla sin cuestionarme que me estaba pasando por lo que decidí ignorarla el resto de la hora.

*Simultáneamente*

-Deja de abrir la boca Tash, ¿por qué tienes que fastidiarlo?

-Oh Addy tendrías que agradecerme, estoy ayudando a que rompas el hielo de una vez.

-No te incumbe, deja que yo lo maneje.

-Si me incumbe, llevas cuatro años enamorada de John, ¿cuándo piensas decírselo?.

-No puedo arriesgarme de esa manera, un rechazo puede causar que ya no hablemos. Sabes que lo es todo para mi.

-Por eso mismo Ad, no puedes asegurarte que también te ve con esos ojos vale? ni yo puedo hacerlo, pero está claro que también eres importante para él. No tardes mucho tiempo, dí lo que sientes o esos silencios te harán ruido toda la vida.

Estaba cansada de pensar en John, no me correspondía y lo sabía, algo en mi comprendía que debía ser así. Cerré los ojos intentando calmarme, respiré profundo y decidí seguir con mi atención en la clase.

***
Por fin me centraba en mí después de tantos días pensando en ella, pensaba en el color chocolate de mi pelo y en el café profundo que llevaban mis ojos (fui felíz por un momento).
-John y Addy última pajera para el proyecto- no sabía de qué proyecto hablaba la profesora pero me alegraba de estar cerca de mi mejor amiga un rato más,si bien la conocía muy a fondo siempre algo en ella lograba sorprenderme, era mágica y aunque digan que no pienso en nadie más que en mí sencillamente mi luz era esa chica.
Aproveché ese segundo para preguntarle a Ad que era eso que tenía que decirme pero desvió el tema, estaba empezando a preocuparme pero que más daba? Últimamente estaba demasiado paranoico.
-Bueno Jo, puede que si haya algo para decirte ... Pero temo como vayas a reaccionar.
-No seas tonta- sonrío- sabes que puedes contarme todo.
-Si, lo sé, pero no es tan fácil como todo lo demás. Hace 4 años que me lo guardo y....
-Hola, estoy sola, creen que pueda hacer el proyecto con ustedes?- No hacía falta mirar hacia arriba, ya sabía de quien se trataba. Esa chica de ojos tan espejados que no puedo sacar de mi cabeza, no sabía si alegrarme o no, ni siquiera sabía que contestar a la situación. Afortunadamente Ad se me adelantó.
-Buen momento ... Eres nueva no? Te agradecería si no interrumpieras la próxima vez. En cuanto a tu pregunta si, puedes hacerlo con nosotros. Ahora tengo que ir al baño. - por alguna razón contestó de manera alterada, mi duda por saber que tenía que decirme se hacía más y más grande, de repente Hayley se sentó a mi lado y perdí toda atención posible al tema, solamente pensaba en su cabello amarillo cristal y en su bronceado tan hermoso apesar de estar casi en primavera.
-Me tienes miedo cierto? No sé que piensas pero la verdad es que no muerdo,tampoco suelo mal tratar a las personas asique puedes dejar de mirarme como si fuera tu futura asesina.
Como idiota sonreí, parecía que tenía una especie de problema para entender rápidamente cada una de las palabras que emitía, por si eso fuera poco asentí, como si nada de lo que dijo tuviera un poco de importancia.
-Ok, de verdad que me das miedo. Un día te crees el mejor del mundo y al otro tienes miedo de hablar con la chica nueva. Por suerte podemos empezar de nuevo (por segunda vez), John, aceptas ser mi compañero y no matarnos como perro y gato?
-Claro que acepto - por fin esbozaba más de una palabra a la vez.
-Genial, ya es hora del descanso pero la próxima clase no te salvaras de conversar conmigo. - Sonrió y se fue.
*** ADDY ***
Regresé del baño pero decidí observar, que gran sorpresa me llevé al ver a John de esa manera. De verdad que nunca lo había visto así, parecía hechizado. Esos ojos brillaban como no lo hacían nunca y no era por mí, si tenía una oportunidad la había perdido, lo conocía y sabía profundamente que su amor se había ido con ella.