Escúchame

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—Querida, hola —habla Neru con un tonito medio raro.

A Miku se le ve disgustada.

《¿A qué se deberá? yo a ella le doy besos en la mejilla todo el tiempo, no le veo nada de malo, solo fue un acto de agradecimiento ¿verdad?》piensa Miku al verlos.

—Miku ¿por qué tienes esa cara? ¿te pasa algo? —pregunta Len preocupado.

《Realmente no lo entiendo》piensa Len mirando a Miku con extrañeza.

—¿¡Qué si me pasa algo!? —Respira Miku profundamente y algo exagerado-. No, todo está bien, todo está perfecto. Len, te traje algo de comer, como sé que nunca te dan propina o algún refrigerio te compré un pan con pollo ¿puedes salir un momento?

—Como quieras —respondo—, nos vemos luego... Neru ¿verdad? y de nada. —Len le sonríe a Neru y ella hace lo mismo. 

Miku con notorio fastidio entra al salón, toma a Len del brazo y lo lleva afuera de este. 

—Nos vemos —responde Neru con una sonrisa. 

A leguas se podía notar el disgusto de Miku, pero Len se rehusaría a notar y mucho menos a reconocer las causas. 

Ya estando afuera, Len se suelta enfurecido del agarre de Miku. Se le veia incómodo por sus rígidas expresiones.

—¡Miku! —le grita—. ¡¿Se puede saber qué clase de comportamiento fue ese?! Parecías una niña inmadura. Dime ¿pasa algo? ¡Tú no eres así!

—No es eso —respondió Miku cabizbaja, él no era de alzarle la voz— Es esa tipa que te mira como si quisiera comerte.

Len cambia su expresión a una de haber recibido una ingrata sorpresa.

—¿Neru? ¡Pe-pero si hace poco me decías que estaba mal que yo no me acordara de su nombre!

—Me parece raro que ahora lo recuerdes.

—Eso ni tú te lo crees.

—¡Len! —se desespera Miku—. Ya te lo dije, no me gusta cómo te miraba.

—Pues que no te moleste, a mí no me hace el menor desagrado, sino todo lo contrario –admitió Len con una sonrisa.

–Pero q...

Suena el timbre, culminó el recreo.

—¡Ah ah! No... digas nada, hay que entrar al salón.

Len con toda la prisa del mundo va al salón y se fija en que su acompañante no mueve ningún músculo.

—Pero... Cómo... Porq... —balbuceaba Miku sin creerlo todavía.

Len saca medio cuerpo de la entrada.

—¡Que entres te he dicho! —se queja Len y jala a Miku hacia el aula.

—¡Ay!

.-.-.-.-.

Pasan unos minutos antes que el profesor Kaito entrara en el aula. Solo su presencia silenció las susurrantes conversaciones de los alumnos.

—Perdonen por interrumpir sus chismes y dejarlos con el pan en la boca pero ya es hora de continuar con la clase. ¿Algún voluntario?

Hubo un silencio incómodo y no faltaron los chistosos que empezaban a sugerir entre tocidos que saliera un amigo solo para fatidiarlo.

—Qué interesante... Vamos chicos, no se peleen, igual van a cantar todos —acotó el profesor haciendo el ademán sarcástico.

Serás sólo mío [Editando]Where stories live. Discover now