Tan guapa

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Tan guapa

Desde que Ana y sus hijos se fueron los días para Christian pasaban sin sentido, uno tras otro, pasaba horas en el trabajo, sin poderse concentrar, lo que provoco que perdiera varios contratos importantes, para él ya la vida no valía nada, lo único que lo mantenía con esperanza era volver a ver a su familia

Una mañana Christian se despertó con un fuerte dolor de cabeza, debido a que una noche antes él se había terminado varias botellas de alcohol con tan de olvidar, fue en ese instante que al ver por el gran ventanal de su habitación que mostraba el inmenso jardín tenia, un pensamiento inundo su mente, el cual era-

Ya debe de ser abril
Porque está lloviendo
Y aún sigo esperando
A que me cure el tiempo.

Ya debe ser abril

Pero qué sabrán ellos.
No hay un día en el mundo
Que no te eche de menos.

Tan guapa
Dulce y delicada
Que mirarte quemaba.

Tan guapa
Que desde que te fuiste
Y me diste la espalda
Mi vida se paró
Y sólo mis días pasan.

Sonrío como un patán
Cuando escucho tu nombre.
Y es que fingir que no duele
A mí me duele el doble.

Un libro, una canción,
Un lugar o un instante.
Los recuerdos acechan.
¿Cómo voy a olvidarte?

El pensamiento de Christian provoco que sus ojos se llenaran de lágrimas, pues ya no soportaba no tener a Ana a su lado, ya habían trascurrido 10 meses desde la última vez que la vio y a sus pequeños. Él estaba recostado en su cama, sin ánimos de levantarse, cuando de repente comenzó a sonar su celular, pero su único reflejo fue tomar el aparato y lanzarlo contra la pared, no estaba interesado en hablar con nadie

Así paso Christian toda la mañana, mientras tanto en el hospital Alessa se quedaba un momento solo, ya que la enfermera que estaba a su lado había ido en búsqueda de la Grace

Mis amores, sé que cometí un error, no debí dejarme envolver por esa mujer y por la sed de venganza que sentía, lo siento, pero si digo la verdad ustedes se quedan desprotegidos, ya no puedo hacerlo, espero que su un día se enteran me perdonen, solo quiero que ustedes gocen de lo yo no pude, perdónenme – decía Alessa mientras colocaba sus manos en su vientre, sabía que estaba cometiendo un error pero pensaba que era lo mejor

Luego de unos minutos ingreso Grace, quien estaba muy desconcertada, pero su profesionalismo la obligaba a ir- hola Alessa ¿Cómo te sientes?

Grace, sé que me juzgas de separar a tu hijo de...- dijo Alessa comenzando a hablar, pero fue interrumpida por la madre de Christian

No digas nada, creo que este no es el momento- dijo Grace quien no podía evitar sentir molestia de ver a esa mujer-mejor dime para que me querías, tengo pacientes que atender

Grace, yo sé que las cosas no van bien, tengo miedo, estoy sola y lo único que quiero es saber que si muero mis hijos van a estar protegidos, Christian no ha aceptado su obligación y no quiero que queden desamparados, por favor si algo pasa has que Christian se responsabilice, son también tus nietos- dijo Alessa dejando salir varias lagrimas

La ultima Grace de esa mujer, provoco un hueco en el corazón de Grace, pues a pesar de las estupideces que había hecho su hijo, esos niños eran sus nietos y tenían al mismo derecho que los demás

Prométemelo- dijo Alessa quien comenzaba a sentirse mal

Luego de un suspiro, Grace dijo- lo prometo, tus hijos no quedaran desamparados

Gracias- dijo Alessa antes de que entrara el equipo de médicos y enfermeras que atenderían su parto

Por otra parte, alrededor del mediodía Christian seguía en su habitación dejando que los rayos del sol entraran, esos mismos que por la posición de su cama iluminaban a Ana dándole una iluminación especial y ahora lo fastidiaban a él, cuando de pronto Gail entro corriendo

Un gran ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora