CAPÍTULO 3: Golpes en la cabeza y regalos de cumpleaños.

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CAPÍTULO 3: Golpes en la cabeza y regalos de cumpleaños.

Jihoon

2 de abril.

Caminaba por los pasillos del instituto buscando a Mingyu cuando se cruzó con Seungcheol. Iba a ignorarlo y seguir andando, como hacía la gran mayoría de veces, pero el mayor hizo que frenara.

-Joder, Jihoon, esos pantalones hacen que parezca que tienes culo.

Se giró, frunciendo el ceño, y sin pensarlo dos veces lo golpeó con los libros en la cabeza repetidas veces.

-¡Jihoon! - gritó Mingyu, corriendo hacia ellos seguido de Minghao y Soonyoung.

Los separó, agarrándolo por la cintura mientras sus otros dos amigos se acercaban a Seungcheol, preocupados.

-¿Qué haces? ¿Acaso quieres matarle dentro del recinto escolar? - preguntó el más alto.

-Quiero matarle, me da igual dónde - fulminó a Seungcheol con la mirada y éste le sonrió, despidiéndose de él con la mano y calmando a Minghao, que seguía preocupado por el estado de su cabeza.

Cuando se hubo ido, Mingyu por fin le soltó y él siguió caminando hacia su clase de historia de la música, dando grandes zancadas, cabreado. Aún así, el más alto caminaba a su lado a paso relajado, y se sintió más bajito que normalmente frente a ese hecho, que solo logró enfurecerlo más. ¿Por qué su mejor amigo tenía las piernas tan largas? Era injusto.

-Jihoon, entendemos que lo odies, pero no puedes ir por ahí golpeando al primero que se te cruza - comentó Soonyoung, siguiéndole el ritmo.

-No golpeo al primero que se me cruza, lo golpeo a él por idiota.

Sus amigos rodaron los ojos, pero sabían que no iba a dar resultado que intentaran hablar con él, por lo que cambiaron de tema.

Seungcheol.

Se frotó la cabeza de nuevo, con una mueca de dolor y escuchando las risas de sus amigos.

-¿Cómo se te ocurre decirle que no tiene culo? - preguntó Hansol entre risas.

-Solo quería molestarlo, no pensé que me golpearía hasta la muerte - agradeció a Wonwoo, que le había traído una bolsa con hielo, y se la puso rápidamente en la cabeza, suspirando aliviado.

-Y aún así le sonreíste como si nada cuando te fuiste - comentó esta vez Seungkwan.

-Bueno, ya me había casi dejado K.O, por molestarlo un poco más no pasaba nada - se encogió de hombros, escuchando de nuevo las risas de sus amigos.

-Algún día te matara - Seokmin dio un sorbo a su chocolate caliente, sonriendo.

-Y lo tendrás merecido - añadió Chan, asintiendo con la cabeza.

Sonrió, divertido por pensar que ellos realmente no tenían ni idea de la relación que tenían él y Jihoon desde niños. Si no lo había matado a los tres años, cuando le robó su juguete favorito, o a los seis, cuando le pegó un chicle en la cabeza y tuvo que cortarse el pelo, o a los once, cuando consiguió que la profesora lo castigara por culpa suya, o a los quince, cuando lo besó sin su total permiso, no creía que fuera a matarlo nunca.

Recordó con una sonrisa ese último incidente. Era el día de su cumpleaños número dieciséis y Jihoon fue a su casa a felicitarlo junto a sus padres. Los cuatro adultos se pusieron a hablar, sentados en la mesa del comedor, y ellos fueron a su habitación.

-No te he traído ningún regalo - dijo el menor, inexpresivo, mientras se tiraba en su cama con la Nintendo DS en la mano.

-¿Cómo que no? - exclamó él, haciéndose el ofendido - ¡Qué mal amigo, Jihoonie!

Su amigo se encogió de hombros y siguió jugando, por lo que a Seungcheol se le ocurrió una idea.

-Eso no puede ser, tienes que darme un regalo.

Jihoon lo miró, frunciendo el ceño, y se incorporó, sentándose con las piernas cruzadas en su cama.

-No quiero - declaró.

Esta vez fue su turno de fruncir el ceño y, sin que el menor lo esperara, lo empujó y se sentó a horcajadas encima suyo.

-¿¡Qué te crees que haces!? -exclamó el menor, moviéndose para quitárselo de encima.

-Te voy a castigar por no traerme un regalo - y dicho esto, empezó a hacerle cosquillas, logrando que Jihoon riera mientras se retorcía e intentaba quitarse sus manos de encima.

-¡Para! - chillaba, con las lágrimas cayendo de sus ojos.

-Pararé cuando me des mi regalo.

-¡Bien, bien! - Jihoon levantó las manos y él paró, pero no se movió del regazo del menor -. ¿Qué quieres de regalo?

-Tu Nintendo - contestó sin dudar.

-Ni hablar.

Seungcheol frunció el ceño de nuevo y pensó en algo que molestara al menor. Si no quería darle su Nintendo y no se había molestado en comprarle un regalo, debía conseguir algo que le fastidiara en demasía.

-Un beso.

-¿¡Eh!? - Jihoon abrió los ojos, sorprendido.

-Quiero un beso - repitió él.

-¿P-por qué quieres un... beso? - preguntó el más bajo, sonrojándose.

-Porque sí.

-Me niego.

-Tu has preguntado qué quería, y si no quieres darme tu Nintendo, quiero un beso.

El menor lo pensó unos instantes. Su Nintendo era sagrada, no podía dársela a ese inútil que la rompería nada más cogerla. No tenía opción.

-Bien - dijo, cerrando los ojos y sorprendiendo al mayor.

Seungcheol lo observó unos segundos, estaba sonrojado, con los ojos cerrados y el pelo despeinado.

Se acercó lentamente y, cuando Jihoon iba a abrir los ojos y decirle que se diera prisa, juntó sus labios, dándole su primer beso al menor, sin saberlo.

-¿Seungcheol? - una voz lo sacó de sus pensamientos, y vio como todos en la sala lo miraban.

-¿Eh? - preguntó, parpadeando rápidamente y logrando las risas de todos de nuevo.

-Nada, decíamos que es una pena que te odie tanto.

Sí, una pena.


***

Vamos a apreciar la cara de Jeonghan en la última foto.

Don't you hate each other? - JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora