Colocó el mechón detrás de la oreja de Sara, y retiró su mano al verla algo incómoda, con la mirada en el suelo.
—Lo siento—Se disculpó —, no quería incomodarte.
—No Kieran, no lo hiciste. Es sólo que... recordé un asunto con mi madre —Mintió. Se sentía tan estúpida. No quería que la amistad entre ambos se arruinara a causa de lo que notó.
—¿Quieres hablar de ello? —Preguntó compresivo.
Comprensión, interés hasta por lo más mínimo, apoyo; era parte del lazo que los unía.
—No, no tiene importancia... —Sonrió —¿Que tal si preparamos el chocolate que extrañas?
Kieran le sonrió devuelta: —Por supuesto pequeña.
En la cocina, charlaban animadamente mientras preparaban el chocolate. Kieran le contaba cómo empezó el nuevo cuatrimestre en la universidad, como Joshua se quejaba una vez más de cuánto aborrecía su carrera, y lo distanciado que se encontraba actualmente con su padre.
—¿Hace cuánto no lo ves? —Preguntó Sara.
—Cinco meses... No lo he visto ni he hablado con él en todo este tiempo.
—Sí... Es comprensible que lo extrañes —Susurró mirando el chocolate hirviendo, perdiendose en unos dolorosos pensamientos.
Ella igual lo extrañaba tanto... A él... Su padre.
Y la gran diferencia entre ambos era que, ella no volvería a ver al suyo.
Escuchó a Kieran suspirar —Dios —Murmuró arrepentido —, Lo siento tanto pequeña —Caminó hasta donde ella y agarró suavemente su muñeca haciendola voltear. Su corazón se encogió al ver como una lágrima se deslizaba por su mejiila, y sin esperar más la abrazó protectoramente —. Está bien, tranquila. No está mal desahogarse de vez en cuando, para eso está... Mi pecho —Bromeo al final.
Sara rió. Sabía que hombro era la palabra adecuada, pero ella al tener un diminuto tamaño apenas le llegaba al pecho, que era en donde reposaba su cara en ese momento.
Kieran se maldijo internamente, ¡Era un imbécil!, a pesar de que Sara aún no se ha abierto con él respecto a ese tema, no debía ni dudar de lo doloroso que debía ser para ella.
—Shhhh, tranquila —Le susurraba tiernamiente al escuchar sus pequeños sollozos —. Sácalo pequeña.
Le dolía más de lo que esperaba escucharla así.
—Yo, yo—Se separó de él y se pasó las manos por las mejillas con rabia, limpiándose las lagrimas —Lo siento. Dios. No quería ponerte en esta situación incómoda Kieran. Pero no pude evitarlo, a pesar de los años que han pasado no puedo... Lo siento... En verdad-
—Basta Sara —La interrumpió con firmeza —. No vuelvas a disculparte por eso, pequeña... —Acunó las cálidas mejillas de Sara borrando con sus dedos las lágrimas restantes —No sabes como me duele verte así, pero es algo bueno Sara, debes sacar todo ese dolor que llevas por dentro.
—Lo sé... —Musitó con una pequeña mueca.
—Sara, ¿estás lista para hablar de ello?
—Yo-
Se calló al escuchar un ruido, miró hacia su lado derecho notando como el chocolate se derramaba sobre la estufa al dejarlo hervir más de la cuenta en la olla.
—Pequeña... —La llamó Kieran.
Sara fijó sus ojos en él, se sobó la nariz y le sonrió agradecida —Me siento mejor Kieran, gracias.
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Más fuerte que el viento
RomanceUn viento fuerte puede derrumbar muchas cosas a simple vista carentes de debilidades. Una vez que lo hace, no deja ningún rastro de dudas. Pero, aquel chico con aspecto de ángel quería demostrarle a esa inigualable pequeña que los sentimientos que...