"DIA 13 DE OCTUBRE DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE 1538, LA FRAGATA "SAN JAVIER" LLEVA 34 DÍAS EN ALTA MAR Y SIN SEÑALES DE TIERRA POR PARTE DE NUESTRO VIGÍA, Y AUNQUE DE ALIMENTOS NO VAMOS MAL, DE BEBIDA SI, HACE YA CINCO DÍAS QUE SE ACABÓ EL RON Y LOS MARINEROS ESTÁN EMPEZANDO A CUCHICHEAR A MIS ESPALDAS. CREO QUE PLANEAN UN MOTÍN"
-Bien, creo que por hoy ya hemos escrito suficiente en el cuaderno de bitácora, ¡VÉLEZ!
-¡A sus órdenes mi capitán!
-¿Alguna novedad en cubierta marinero?
-Nada relevante mi capitán, tan solo una pequeña pelea entre un grumete y un soldado por una pequeña petaca de ron
-Por satanás, son una panda de borrachos sin fundamento, ¡Mándalos al calabozo hasta nuevo aviso! Y retírese.
Si mis cálculos son correctos y seguimos el rumbo debido, tendríamos que llegar al puerto de Caracas en uno o dos días como máximo, de lo contrario va a ser muy difícil comandar un barco de borrachos. Parece que por ahí viene Vélez con los alborotadores.
-Muy buenas señores, debido a su deplorable comportamiento, ambos van a ser llevados al calabozo hasta que lleguemos a tierra o se me pase a mí el enfado, largo de mi vista.
En ese momento Vélez y otros dos grumetes se llevan a estos hombres a la cubierta inferior, y transcurridos unos minutos se oye gritar:
-¡Tierra a la vista!¡Tierra a la vista! ¡Hemos llegado al nuevo mundo!-exclama el vigía
-¡Por fin!¡Dios nos ha sonreído y nos lleva a tierra! JAJAJA
En ese preciso momento todo el mundo deja sus quehaceres y celebra la llegada con los marineros más cercanos, quién nos iba a decir que cuando salimos de Cádiz la contienda iba a llegar sana y salva a tierra. Nuestra alegría duró más bien poco, porque se oye al vigía gritar con semblante asustado:
-¡Embarcación en nuestra popa! Están izando una bandera, ¡PIRATAS!
-¿Estas seguro marinero de que son piratas?
-Sí mi capitán, lo son.
-¡ZAFARRANCHO DE COMBATE ESCORIA! PREPARAOS PARA LUCHAR.
El capitán decide en ese momento tomar el timón, cree saber una forma ideal para encarar a los piratas, mientras se le oye gritar "Cargad los cañones, los necesito listos YA", pero los piratas van demasiado rápido, los iban a abordar. Los piratas lanzan los garfios para abordarnos, y yo intento quitarlos cuanto antes, pero no soy lo suficientemente rápido, ya tengo a medio barco enemigo en la cubierta y solo se me ocurre una cosa:
-¡ATACAD! ¡Por Cristo y por España!
Nos enzarzamos en una batalla sin igual, una fragata de 200 hombres, de los cuales la mitad son marineros sin experiencia bélica y los otros tantos Infantes de Marina dispuestos para luchar contra... ¿unos infames corsarios británicos? Da igual, venceremos.
Ha pasado ya la batalla, y puedo decir con la cabeza bien alta "Veni Vidi Vici", nuestros hombres han luchado con la valentía que caracteriza al Imperio Español, y sin apenas bajas, tan solo unos pocos heridos y la pérdida del cabo de Serra, un Infante con coraje, que jamás será olvidado.
Pese a este contratiempo, hemos llegado tres horas después a Caracas, donde me ha recogido el Gobernador de la región.
-Buenas tardes, ¿Es usted el Capitán de fragata Don Víctor Rabal?
-Así es señor, ¿Quien lo pregunta?
-Don Nuño de la Alpujarra, gobernador de Caracas y uno de los representantes del rey, ¿El viaje ha sido de su agrado?
ESTÁS LEYENDO
Don Víctor Y El San Javier
مغامرةEn esta novela podemos ver las vivencias del Capitán de navío Don Víctor Rabal a manos de su fiable fragata San Javier por la recién descubierta América