• c a p í t u l o # 3 •

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El celular de Martijn no dejaba de vibrar y no podía conciliar el sueño. Se levantó de mala gana y vio a Lynn dormir a su lado, salió al balcón y atendió otra llamada que le acababa de entrar.

— ¿Martijn? ¿Dónde estás? Dios, por fin atiendes

¿¡Quién lo mandaba a hablar!? Esto es un karma, un verdadero karma.

—.¿Ves la hora que es, Charelle? ¿Qué diablos haces despierta, mujer? —se sentía hasta un poco sorprendido. Tres de la mañana y esta loca lo llama como una histérica—

— Estaba preocupada, ¿Qué quieres? ¿Qué me duerma y no te llame y me preocupe? —refunfuñó con ironía—

Sería una buena idea.

Pensó Martijn.

— Definitivamente, necesito un nuevo trabajo.

— Me haría sentir más cómoda y no tendría que preocuparme tanto.

— Estoy entre vender pulseras en la playa o ser peluquero. ¿Qué preferirías tú, mujer? — siseó con sarcasmo—

Charelle se rió al otro lado de la línea.

— ¿Dónde estás? —típica pregunta—

— En el hospital —mintió—

— ¿Guardia, de nuevo? —demandó—

—Martijn suspiró— Aja, guardia de nuevo —respondió con fastidio y soltó un bostezo—

— Debes estar tan cansado... ¿Quieres que te lleve un helado, mañana? —¡JA! El colmo. Lo que llegan a sugerir por vigilarlo—

— No querida, aquí hay cafetería. Te dejo, operaré una pierna.

— Te amo, lindo. Di que me amas... —esto ya es propasar los limites—

— Ahora no —reprochó con cólera—

***

Martijn entró al hospital y firmó la hoja de asistencia. A tiempo y Katherine no estaba con su cara de mal follada esperándolo en la entrada. Hoy seguramente tenía que ser un buen día.

— Hola Katherine, ¿A dónde te diriges? ¿Venias a esperarme para joderme, acaso? —dijo cuando la vio dirigirse hacia él—

— Es un placer para mí saber que has llegado temprano, un día memorable —Martijn resopló. Entonces en ese momento entró ___, Martijn dirigió una mirada hacia ella quien venía feliz y muy contenta—

Oh, ¿por qué será?

— Tarde Doctora Oprel, ¿por qué será? Seguramente porque estaba visitando a su madre o a su amiga Haydee... Seguro... Seguro... —dijo con sarcástico a más no poder—

___ lo miró y le devolvió una fría mirada mientras firmaba en la carpeta de asistencia su nombre.

— Garritsen... —le advirtió en un simple susurro—

Pero él no iba a parar allí. ___ pasó de él con dirección al ascensor.

Martijn la siguió por atrás.

— ¿Cómo podría decirte ahora, colega? ¿Mosquita muerta? ¿Gatita mala?

___ respiró una buena zancada de aire. Las puertas se abrieron y no había nadie más allí, solo ella su fuerza de voluntad y el maldito de Garritsen.

___ marcó el piso cinco y el de él, que se sabía de memoria. Ella sintió la mirada de él en su espalda o quizás en su trasero... No había dicho nada, iba a ser decente por primera vez e iba a mantener la boca callada, hasta que...

garritsen's women ✧ [m.g.] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora