• c a p í t u l o # 1 1 •

390 38 7
                                    

— Debemos vestirnos... —le susurró Martijn al oído— E irnos... Estamos mojados y...

— Aja... —dijo ella, Martijn se levantó un poco para mirarla, tenía los ojos abiertos y su mirada estaba perdida en el cielo—

— ¿Qué te preocupa? —le preguntó él mientras se levantaba de la arena para buscar las prendas. Martijn se puso el bóxer y luego buscó la ropa interior de ___, el vestido, los tacones, su camisa y su pantalón... Contó todo y se lo llevó, ella seguía acostada sin decir ni una sola palabra, al parecer no iba a responderle la pregunta...— ¿Qué pasa, ___? —sintió una punzada en su corazón cuando ella se sentó y le quito su ropa interior de las manos para vestirse con algo de incomodidad— ¿Estás arrepentida?

Ella no respondió, Martijn se vistió y ella también... Al parecer ya no estaba tan ida, el agua la había despertado.

Martijn buscó en su chaqueta las llaves del auto y agradeció a Dios tenerlas ahí, ___ caminó atrás de él, lo siguió hasta el auto con la mirada en el piso y sin decir ni una sola palabra. Oh, había sido una locura.

Ella entró en el asiento de copiloto y Martijn abrió primero la maleta para buscar unas prendas, siempre cargaba ropa de repuesto, por alguna emergencia.

— Ponte esto, o sino vas a morir de frío —le ofreció Martijn entregándole un suéter y un mono, le iban a quedar enormes pero era mejor que la ropa mojada. Ella le dirigió una mirada que Martijn o mal entendió o entendió muy bien, cerró su puerta para dejar que se cambiara, ¿acaso sentía vergüenza de que la viera luego de que...? Martijn se quitó la chaqueta y se cambio el bóxer y los pantalones, estaba en un estacionamiento y gracias a Dios era de madrugada. Tiró en la maleta la ropa mojada y tocó el vidrio de su puerta, escucho un débil, "entra", y abrió la puerta para entrar al auto. Ella le dirigió una mirada pero él no la miró, salió del lugar sin decirle ni una sola palabra.

— No me importaba si me veías vistiéndome o no, ya me has visto... —le dijo estúpidamente. Martijn la miró sin expresión alguna, ella se aclaró la garganta y extendió su mano para tomar la suya— ¿Estás molesto?

— No, ___ —fue sincero. Estrechó la mano de ___ y dejó que sus dedos se entrelazaran— Temo que sufres trastornos bipolares.

Ella no habló en todo el camino de regreso a su casa, se sentía extraña. Pero necesitaba a Martijn al mismo tiempo. Era estúpido este sentimiento. Su corazón comenzó a latir rápidamente cuando él estaciono frente a su casa, ¿y ahora qué? ¿La dejaría? Necesitaba que la abrazara por la noche. Tampoco iba a pedírselo. Él estaba dudoso, parecía como si ella no quisiera estar con él, estaba miedosa.

— Descansa —hablo él. Todas las ilusiones de ___ habían caído al suelo. Ella asintió y abrió la puerta del auto, sin un beso de despedida, sin un apretón de manos. Huir. Escapar. Lo mejor que sabía hacer ella. Salió del auto agarrándose los pantalones con una mano para que no se les cayera y con la otra la ropa mojada—

Martijn la vio entrar al edificio y decidió irse por fin.

Mierda, ambos se sentían jodidamente usados.

¿Por qué? Ella pensaba que Martijn no quería quedarse con ella y Martijn pensaba que ella no quería quedarse con él.

Ella se recostó en su cama, estaba vestida con su ropa. Tenía su olor. Dios mío, tenía un hueco en el estómago y un nudo en la garganta.

Como si hubiera perdido algo muy importante que le había costado conseguir. Así mismo se sentía.

Quizás era su moral, tanto pelear para nada. Ya que terminó acostándose con él. Otra más del montón.

garritsen's women ✧ [m.g.] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora