Un hombre, pasó por su lado tropezando su hombro con brusquedad.
—Disculpa, mi amigo —el desconocido se disculpó, Aidan solo respondió con una mano para que él hombre supiera que lo había escuchado.
La voz del locutor se abrió paso entre la cortina musical de fondo, dando la bienvenida a una de las escritoras del momento, cuyo libro había resultado un éxito en ventas.
—Bien. Con nosotros se encuentra una nueva y brillante escritora Celeste Bethkep. Bienvenida a nuestra casa y a nuestra sección del programa «Entérate».
—Gracias, por su recibimiento —la voz de ella fue interrumpida por la cortina de aplausos.
Escuchar su voz fue trasladarse a un pasado de más de diez años. Lo último que había sabido de ella, era que se había casado y era madre de una niña, luego de graduarse de la universidad y estaba tratando de escribir, volcándose en una de sus pasiones. Alguna vez le había dicho que llevaba un diario desde la secundaria.
—Así que no te extrañes si figuras en una de mis páginas —dijo sonriéndole con timidez.
Así, justo así, la recordaba, tímida, introvertida, alegre e inocente, llena de ilusiones para su vida, aun con la corta edad de diecisiete años, sabía lo que quería. Había sido admitida en una de las mejores universidades del país para ser Abogada, así que su meta era obtener un título profesional, enamorarse y encontrar a ese alguien perfecto que la amara más que a nadie en otro mundo, ese novio perfecto de manos sudadas que la respetase hasta que estuviera lista, casarse, formar una familia. El típico cuento de hadas con final y vivieron felices por siempre.
Eso lo hizo salir huyendo, él no quería todo eso, cuando aún le quedaban emociones y sensaciones por vivir, el creía en el amor con libre pensamiento, sin ataduras, ni encasillamientos.
Pero fue de los noviazgos más lisonjeros que tuvo con una muchacha, era tan frágil y crédula que pronto sintió el ardor, al recordar aquel trato impío que ejecutó hacia ella.
De nuevo estaba donde había comenzado, había roto las ilusiones de una buena muchacha, lo había manchado todo con su impunidad, con su desdén.
¿Nunca había parado de hacer daño?
Sintió como su pasado y su presente se encontraba colisionando con estrépito ante sus ojos. Siempre lo había jodido todo, hasta un corazón impoluto había desvencijado.
Esa parte de su pasado, hizo que las recientes emociones en su vida, se deslizaran con facilidad e impudicia por la rasgadura de una vida aciaga.
***
Celeste, mostró su sonrisa diplomática al entrevistador, quien a cada rato había estado intentando hurgar en su vida personal, en últimas fechas su vida se había tornado pública luego de ser vista con diferentes personalidades, de interés económico en Europa.
Ya había excedido el límite de su tolerancia con indicios y escrutinios sobre su privacidad, con preguntas de si el libro estaba basado en su vida personal, ya que parecía una historia fidedigna, lo que la hacía arrepentirse de haber colocado a la protagonista de la historia como una mujer divorciada, y sin hijos que se había sumergido en el profundo dolor de una separación que acababa con el poético final «y fueron felices para siempre». Pero al final ella renacía con nuevas esperanzas, con una fe renovada en que el amor nunca muere, solo se transformaba, trasmutaba.
Desvió su vista hacia el otro lado del vidrio frontal de la cabina de radio. —Por suerte solo te soportaré por unos diez minutos a lo mucho —pensó mientras se escuchaba de fondo el tema musical de Coldplay Fix you.
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A diez millas de tu corazón ¡COMPLETA!
Chick-Lit¿Qué harías si un día se presentará frente a ti un amor del pasado? ¿Te arriesgarías a sabiendas de que esa persona que una vez te hirió, podría volver a herirte? ¿Habrá una segunda oportunidad para ese amor que se resistió a morir? Después de 1...