Capítulo 3: Evasivas

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Harry llevaba todo el día evitando a Ginny Weasley, evitando los pasillos por los que ella solía pasar o dar clase. No soportaba ver a la pelirroja después de lo ocurrido la noche anterior.

Harry sabía que había sido un error besar a Ginny, pero no había podido evitarlo...

Gracias a dios Ron los había interrumpido, porque si no se imaginaba con una dolorosa certeza lo que habría ocurrido.

Pero al final del día, en la sala común de Griffindor le fue imposible evitarla, por lo que se resignó al verla avanzar hacia él con el ceño fruncido.

-Harry, tenemos que hablar...- dijo sin dejar de mirarle a los ojos- En privado- añadió en un murmullo.

El chico sabía que si salían de la torre de Griffindor era menos probable que los molestaran, pero aquello le daba igual, no se sentía con ánimos para entablar esa conversación con la pelirroja.

-Pues... La verdad es que tenía que hacer muchas cosas, ya sabes, es el año de los ÉXTASIS... Pero si quieres podemos hablar en mi habitación, no creo que haya nadie allí ahora...- dijo sin mucha convicción.

Harry esperaba que al menos estuviera Neville en la habitación para poder ahorrarse la charla con la muchacha, pero la habitación estaba desierta.

Ginny entró y se sentó en la cama de Harry cruzando las piernas, por lo que Harry tuvo una fugaz visión de sus bonitos muslos.

Carraspeando Harry se quedó de pie en el extremo opuesto de la habitación para no sucumbir ante la tentación de arrancarle a la chica la falda en aquel mismo momento.

Ginny, al ver que el muchacho no se sentaba se acercó con pasos lentos y se plantó frente a él.

-Sabes de qué quiero hablar. Anoche me eludiste con ese beso y te escabulliste detrás de Ron sin decir ni una sola palabra-

La chica se había acercado tanto a Harry que éste podía sentir su aroma dulzón inundando cada célula de su cerebro, sin darle opción a huir. Ginny era mucho peor que un hechizo aturdidor.

-Me gustas, te gusto, ¿Qué problema hay? No quiero renunciar a ti, Harry.-

Aquella última palabra, pronunciada sobre sus labios fue demasiado para Harry, que se lanzó a los carnosos labios de la pelirroja como un náufrago a tierra firme.

Los besos entre ambos eran desesperados y húmedos. Las piernas de la chica se enroscaban alrededor de las de Harry, suplicando más proximidad entre ambos cuerpos y las manos de Harry ya viajaban por el cuerpo de la pelirroja, haciéndola arder.

No sabía qué tenía Ginny, pero lo volvía loco, tanto que no se dio cuenta de que estaban sobre su cama hasta que su camisa cayó al suelo. ¿Cómo habían llegado las cosas a esto?

Harry, frustrado, apartó a la chica de su regazo y se puso de nuevo la camisa.

-No, Ginny. Ya hablamos sobre esto, ¡Esto no puede pasar!

Tú eres más...-

-...Joven- completó ella.

-Y además ya sabes qué te harán Malfoy y los de Slytherin si se enteran. No puedo permitirlo...-

Harry tenía los hombros caídos y no la miraba, evitaba su mirada como llevaba haciéndolo toda la mañana, pero hizo un esfuerzo sobrehumano para poder mirarla a esos ojos castaños que tenía.

-Vete...- dijo simplemente.

La muchacha se quedó mirándolo unos segundos antes de levantarse se la cama, alisarse la ropa y salir de la habitación con el rostro imperturbable.

Fanfic de Harry Potter: Secretos en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora