Capítulo 6. Whisky de Fuego

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CAPÍTULO 6:

Hermione había buscado a Ron por todas partes. Ya hacía horas que debía estar en la cama y por si fuera poco había faltado a su cita con Luna aquella noche, pero en aquellos momentos su amigo Ron era lo principal.

Corrió por los pasillos escondiéndose de Filch y de la señora Norris deseando haber llevado consigo la capa de Harry. Los pasillos estaban desiertos, tan solo el Monje Gordo, fantasma de la casa Hufflepuff, flotaba por ahí buscando a hufflepuffs perdidos.

-¡Perdone! ¿No habrá visto a un chico alto y pelirrojo por aquí?- preguntó Hermione con la esperanza de encontrar a Ron antes de que pudiera hacer alguna otra locura.

El fantasma la miró con ojitos redondos y le contestó con una amable sonrisa:

-¿Pelirrojo y alto dices? Umm... Sí, me suena... Se fue hacia los jardines aunque le dije que era peligroso andar solo a estas horas, además están...-

-¡Gracias!- dijo la chica echando a correr sin dejar que el fantasma terminara de hablar.

Salió del castillo corrió hacia la cabaña de Hagrid con la intención de pedirle ayuda para buscar a Ron, sin embargo, cuando el semigigante le abrió la puerta, un fuerte aroma a alcohol la golpeó, haciendo que frunciese la nariz con una mueca.

Al entrar en la cabaña pudo observar, atónita, que Ron estaba allí, sano y salvo. Bueno, si a borracho como una cuba podía llamarse estar sano.

Se sentó frente al pelirrojo, cuya cara estaba enterrada en una gran jarra de whisky de fuego. Se quedó mirándolo fijamente y con paciencia, esperando a que el chico se diera cuenta de su presencia en la cabaña.

-Ejemm...- carraspeó levemente Hermione para llamar su atención, pero Ron parecía opinar que su presencia no era más importante que el vuelo de la mosca que revoloteaba sobre la lámpara de aceite que había sobre la mesa.

-Ron... Debemos irnos... Vamos, te voy a llevar a la sala común-

Ron la ignoró olímpicamente y volvió a enterrar la cabeza en la jarra para ahogar sus penas en el alcohol. Y nunca mejor dicho, porque si seguía por ese camino terminaría ahogándose en el barril de whisky que Hagrid tenía detrás de la casa.

-Por favor, Ron...- suplicó la chica-Tenemos que volver... Nos vamos a meter en un buen lío si nos encuentran fuera de la cama a éstas horas...-

El pelirrojo alzó la cabeza y posó sus ojos verdes, ahora turbios por el alcohol en Hermione.

-Ah... Hola Hermione, ¿Quieres un trago?- dijo arrastrando las palabras y mordiéndose la lengua al final de la frase.

Hermione lo observó preocupada. Acabaría desmayándose si tenía que soportar aquel terrible olor durante un minuto más. Sin embargo, el primero en caer redondo fue Ron, cuyo golpe al caer sobre la mesa sonó hueco y sordo.

La chica suspiró y, sacando su varita del bolsillo de su pijama, gritó:

-¡Enervate!-

El cuerpo de Ron sufrió un breve espasmo, pero no se levantó.

-Genial...- suspiró la chica mientras se pasaba el brazo del pelirrojo sobre el cuello para cargarlo contra ella.-Te juro que si nos castigan por tu culpa te haré soltar babosas por la boca durante un mes-

Cuarenta minutos más tarde, Hermione soltó a Ron en el suelo del cuarto de baño de prefectos y, después de gritarle a Ron que no se moviera de allí, salió hasta la habitación en la que dormían sus amigos y despertó a Seamus.

-Pero...¡¿Qué narices pasa para que tengas que despertarme a estas horas?!-

Hermione comprendía totalmente a Seamus, ella también se habría enfadado si alguien la hubiera despertado tan tarde, pero no se sentía capaz de hacerse responsable de la situación de su amigo Ron y necesitaba un par de brazos fuertes para poder cargar con él hasta la torre de Griffindor.

Fanfic de Harry Potter: Secretos en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora