Capítulo 4

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Una risa sugerente dejó sorprendido a  Louis.

-Necesito una repetición, Harry, y no aceptaré un «no» por respuesta. Así que en cuanto llegues, no importa lo tarde que sea, llámame. Estaré aquí...  esperándote.

El chico se despidió lanzándole un montón de besos antes de colgar. Louis, que se sintió muy violento, miró a Harry.

-¿Entonces  eres  encargado  de  compras?  -dijo  él-.  ¿Eso  quiere  decir  que   te ocupas de elegir la moda que más se va a  llevar?

-Bueno... esto... -empezó a decir Louis, sorprendido de que él eligiera ignorar el mensaje.

-Te imagino haciendo ese trabajo -le dijo Harry-. Siempre vas muy conjuntado, así que supongo que tiene sentido. Vamos a comer. Me muero de hambre.

Louis volvió al comedor como un zombi. Harry le quitó los platos de las manos y fue un momento a la cocina.

Se sentó para aclararse un poco la cabeza. Y al momento se dijo que a él no le importaban las hazañas sexuales de Harry Styles. Entonces el  corazón empezó  a latirle con fuerza solo de pensar en esas cosas. ¿Qué clase de cosas atrevidas le gustarían a él?

Unos segundos después la música empezó a emanar de los altavoces que había colgados en el techo.

-¿Te gusta Tom Petty?

Como estaba distraído pensando aún en la llamada de teléfono y en la sexualidad, y como casi nunca escuchaba música, Louis se limitó a asentir.

Harry volvió a la mesa y sirvió dos platos con mazorcas de maíz, puré de patatas y unas rebanadas de pan tostado. Cuando fue a sacar el pollo, Louis le  dijo:

-Una pechuga, por favor.

Harry lo miró y sacó dos pechugas muy doradas.

-¿Ves?, ya empezamos a encontrar cosas que tenemos en  común.

-¿Tú crees?

Después de aquella llamada, lo dudaba  mucho.

-Totalmente -lo saludó con su refresco de cola antes de dar un buen trago-. La bebida, la música, y a los dos nos encantan las  pechugas.

Louis se atragantó; entonces, para sorpresa suya, se echó a reír. Harry era tan escandaloso que resultaba imposible no sentirse entretenido con él.  Decía y hacía cosas que jamás se había imaginado en su vida, mucho menos  experimentado.

Al ver su hilaridad, Harry pareció muy complacido consigo mismo. Se sentó frente a Louis y sonrió.

-Me gusta tu risa -dijo en tono bajo y ronco.

Louis hizo un esfuerzo para no perder la compostura. Aquellos olvidos espontáneos del decoro no eran en absoluto aceptables.

-Gracias.

-Es tan sexy...

Louis decidió no sentirse halagado y sacudió el tenedor, negando las palabras de Harry.

-Un chico no se puede creer nada de un hombre que va de ligue.

Harry pareció sorprendido solo un instante; entonces echó la cabeza hacia atrás y empezó a reírse como un loco. Louis intentó no sonreír; bajó la cabeza y  se  concentró en partir en dos su tostada.

Su falta de propiedad resultaba contagiosa, decidió Louis mientras se le ocurrían algunas cosas escandalosas. Sacudió la cabeza, pero por dentro se sintió más alegre de lo que se había sentido en muchos años.

-¿Sabes, Louis?, eres demasiado -le dijo mientras se limpiaba las lágrimas de tanto reírse.

¿Demasiado qué? Louis no estaba seguro de querer saberlo.

Fuego y Pasión  ~Larry Stylinson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora