Amargado.- susurré.
Hoy empezábamos con el castigo impuesto por McGonagall, Filch no para de mandarnos trabajo a pesar de no haber terminado el anterior. Ahora nos encontramos limpiando el aula de pociones que al parecer hubo un problema desastroso con un niño de primero que no se le da bien está asignatura.
Esto es asqueroso.- dijo Remus.
¡Se mueve! ¡Se mueve!.- Sirius gritó mientras se apartaba de una cosa mohosa que se arrastraba por el suelo, bueno y por las paredes y techos.
Deja de gritar como niñita, tenemos mucho trabajo que ha...- no pude terminar ya que una de esas cosas me cayó en la cabeza y se escurrió por mi pelo.
Iuuh eso es asqueroso.- todos asta Remus se pusieron a reír sin parar.
¡No es gracioso!.- intenté como pude quitarme esa cosa de la cabeza aunque mas bien en vano.
Espera, deja que te ayude.- Sirius se acercó riendose y me tiro el cubo de agua en la cabeza.
¡Te mato!.- el ojigris se echó a correr mientras yo le seguía por el pasillo, bajamos escaleras y las subimos. No sabía ya donde estaba solo sabía que necesitaba pararme o explotaría.
¿Pequeña ya te cansastes?.- Sirius tenía una sonrisa burlona en su cara.
Me lance a pegarle pero antes de poder hacer nada me agarró de las muñecas y me apresionó contra la pared.
Eso.. no.. se... hace.- estaba muy cerca mío casi que nuestros labios se rozaban, su sonrisa burlesca aún no había desaparecido de su cara y parecía que cada vez se ensachaba más al notar mi nerviosismo.
¡Deberíais de estar trabajando no besuqueandoos en los pasillos!.- Por primera vez agradecí que Filch apareciera malhumorado-. Vamos, a trabajar.
¡Si, señor!.- Sirius hizo el saludo militar y se fue, yo le seguí ante la mirada furiosa que me brindaba el squib.
Al llegar al aula los tres merodeadores nos miraron, James y Peter con una sonrisa y las cejas alzadas y Remus con el ceño fruncido.
Hemos oído los gritos, ¿qué se supone que hacíais?.-
El ojigris estalló a carcajadas mientras que yo me ruborizaba.
No a pasado nada, no os hagáis ilusiones.-
Haré como que te creo.- Remus aún seguía con el ceño fruncido-.
De verdad que no.- Eso le bastó a el ojimiel para tranquilizarse.
Por cierto, está noche reunión merodeadora. Aniss tendrás que venir a nuestro cuarto.- habló James.
•••
Bien, necesitamos una prueba de lealtad. Necesitamos saber que podemos confiar en ti.- habló James.
No confiáis en mi.- hablé con voz dolida, en verdad me disgustaba que no lo hiciesen.
No es eso, bueno... Nosotros tenemos secretos complicados que no podemos dejar que los demás sepan. Te hemos aceptado como merodeadora pero necesitamos esa prueba para confiar plenamente en ti.- James intentaba que sonase lo mejor posible.
Bien.- dije aún no muy convencida-. Y qué se supone que tengo que hacer.
Remus y Sirius se empezaron a reír mientras que James me daba palmaditas en la espalda.
•••
Todos los alumnos del colegio se dirigieron al campo de quiditch debido a la cantidad de panfletos que dejamos en sus habitaciones.
Cuando llegamos allí todos estaban riéndose a carcajadas debido a que las ropas de todos los profesores y las de Filch (que en su caso eran ropas interiores de corazoncitos) tendidas en distintas cuerdas. En lo alto había una camparta con el nombre de MERODEADORES escrita en ella.
Cómo se enteren de que fui yo me van a matar.- mi rostro estaba entre el espanto y la diversión viendo como cada uno intentaba coger sus prendas y como el pobre Filch se las apañaba sin magia.
Tranquila pequeña aún te queda otra cosa por hacer.- Sirius se reía sin parar al ver al conserje resbalarse debido a que echamos en el césped la pastosa y mohosa cosa que había en el aula de pociones.
•••
El siguiente reto no era tan escandaloso como el primero, aunque me imbrolucraba directamente a mi.
Todos estaban en el gran comedor cenando. Me moría de la vergüenza al entrar ya que todos se empezaron a reír por mi atuendo que precisamente Sirius fue el que eligió.
Llevaba un maldito pijama de conejito gigante y por si eso no fuera poco tenía que bailar en la mesa de los Slytherins.
Al acabar me cambié con un toque de varita y me senté junto a los chicos que no paraban de reír.
No es gracioso.- espeté furiosa.
Si que lo es. Hasta Minnie se a reído.- Sirius estalló a carcajadas mientras los demás se les unían.
Black haber si me prestas un día a tu conejita, parece que lo hace bastante bien.- Lucius Malfoy y Severus Snape se reían sin parar mientras me miraban con descaro.
Calla esa boca o te la cerraré yo.- Sirius tenía el semblante serio, donde antes había risas ahora solo se encontraba la rabia acumulada.
Uuuuh que miedo.-
Los chicos se iban a levantar pero se lo impedí.
Basta, ya les daréis su merecido ahora dejarlos o os castigaran más.
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Dulce Luna
FanfictionBromas, la característica fundamental de todo merodeador. Habrá amor, diversión, drama y sobretodo mucha magia. Ven y atrévete a adentrarte en el mundo de Harry Potter con la primera generación dando guerra.