Percy
Queda solo un día para esa esperada fiesta. No me he dado cuenta, pero hasta hace unas semanas no había descansado casi nada, no había pasado tiempo con Annabeth (como personas medianamente normales). Pensando lo bien, hace solo unas semanas habían derrotado al rey de los titanes, y sinceramente no sentía nada; ni alegría ni tristeza, quería vivir su vida sin que nadie se la fastidiase por una vez, pero claro, hacia un mes, Rachel había dicho una profecía, algo oscuro se avecinaba y solo siete semidioses podían pararlo. ¿Quiénes serían?
Pero basta de preocuparse, porque ahora mismo eso no sirve para nada, tengo que preocuparme por otras cosas, como por ejemplo el traje para el baile de mañana, no sé que me voy a poner así que es mejor que vaya a la cabaña de Jason para que me diga algo.
Entonces me dispongo a salir de mi cabaña cuando alguien llama a la puerta. La abro y aparece Leo, un chico un poco más bajo que yo, pero delgaducho y con la cara manchada de aceite (o algo parecido, viniendo de él nunca se sabe...). En la cabeza lleva unas gafas de mecánico que también las utiliza como cinta para sujetarse los mechones castaño oscuros que tiene como pelo. Sus ojos expresaban diversión y tenía una sonrisa lánguida, que recorría todo su rostro.-¡Ey Percy compañero!- dice mientras me da una plasmada en la espalda -Por casualidad ¿No tendrás tú un traje de mi talla escondido por alguna parte verdad?- y seguidamente empieza a levantarme la camiseta y mirar en mis mangas (que por cierto eran mangas cortas).
-¿Pero que coño te fumas tio? ¿Tu me ves con cara de tener un traje incluso para mí? Pues imagínate, que tenga un traje para ti-
-Ey ey tranqui, ya lo encontraremos no te preocupes weey- responde separándose de mi despacio.
-Lo siento tio, esq esto me pone de los nervios, ¡Joder! ¿No podemos ir en vaqueros, no?
-Tiene pinta de que nope. Peero si vamos a la cabaña de Jason puede que tengamos todavía alguna posibilidad...- Y automáticamente echa a correr hacia la cabaña 1.
Cuando llegamos intentamos abrir la cabaña, porque sinceramente, llamar a la puerta no iba mucho con nosotros; pero lo raro es que el pestillo estaba echado.
-¡Eyy Jason tio que somos nosotros!- grita Leo mientras aporrea la gruesa puerta. Nos quedamos parados en frente de la entrada sin saber muy bien que hacer, hasta que por fin se nota un ligero movimiento al otro lado de la puerta, y seguidamente ésta se abre muy poquito, dejando el hueco justo para que nuestro amigo asome su rubia cabeza.
-¡Anda! Hola chicos ¿que tal?- nos mira con una expresión de nerviosismo poco habitual en su rostro, y en medio de la frase mira hacia atrás, como si tuviera algo, o mejor dicho, a alguien escondido.
-Chaval ¿nos dejas entrar o qué?- digo yo con impaciencia. Me estaba empezando a poner nervioso, ¿que cojones le pasaba a Jason?
-Pff- suspira el romano- Sino es mucha molestia ¿podríais volver dentro de 5 minutos?- pregunta mientras vuelve a girar la cabeza hacia el interior de su habitación.
-Tio ¿qué coño te pasa hoy?- pregunta molesto Leo mientras se aparta lentamente de la puerta. Rápidamente Jason cierra la puerta.
Caminamos cabizbajos pensando en que estaría pasando en esa habitación y que habríamos interrumpido cuando Valdez rompe el silencio.
-No me puedo cree que nos halla echado tio. ¿Qué mosca le habrá picado?-
-Ni puta idea tio, no te preocupes, ahora le vamos a matar a preguntas, y hasta que no nos lo cuente no nos iremos- le respondo.
-Jajajaja- se ríe con una risa "malévola"- me gusta ese plan.
Pasan lo que me parecen horas hasta que ya me harto y decido parar de andar.
-¿Porque no volvemos rápido y nos escondemos para ver qué o quién sale de su cabaña?- Le pregunto mientras me estoy dando la vuelta.
-Que buena idea tio- Me responde mientras me sigue.
Seguidamente llegamos a el lateral de la cabaña 1. Poco tiempo después se abre la puerta lentamente y se asoma una cabeza, la de Jason, que mira hacia todos los lados esperando ver a alguien, como no divisa a nadie, rápidamente mete la cabeza otra vez y al momento sale una chica. Solo la llego a ver la espalda, pero tiene el pelo castaño recogido en una trenza con una pluma. Además lleva una camiseta negra sin mangas y unos pantalones verdes cortos. Sin duda era nuestra amiga Piper.
Estaba tan concentrado en seguir sus pasos que me sobresalté cuando mi amigo Leo me tocó el hombro. Repentinamente me giro hacia él.
-Tio, tio, tioo- repite muy excitado mientras me sigue dando toques en el hombro -Que Jason a folladooo- dice casi gritando.
-Pero tio ¿tu eres gilipollas o que te pasa?- le respondo cortante. -Que poco tacto tienes joder. Supongo que solo se habrán estado dando el lote, ¿no?- Me quedé pensado sobre aquello. Ya eran lo suficientemente mayores como para perder la virginidad, ¿no? O bueno... esa era la edad a partir de la cual estaba bien visto perderla, a los 16. Todos nosotros teníamos 16, pero sinceramente, no veía a la parejita (Piper y Jason o Jasper o como coño queráis llamarlos) capaz de haber mantenido relaciones sexuales. No sé, simplemente no se los imaginaba, aun que prefería apartar esos pensamientos de mi mente. ¡Que asco! Al fin y al cabo eran mis amigos.
-Eoo ¿estas ahí?- por un momento parecía que no estabas aquí tronco. Que ¿entramos o qué?
-Si, si entramos entramos- necesitaba saber que coño había pasado entre esos dos. Leo y yo andamos los pocos metros que separaban nuestro escondite de la cabaña de nuestro amigo. Cuando ya estuvimos justo en frente de la entrada esta vez sí llamamos a la puerta solo por si acaso.
-Pasad pasad- se oía la amortiguada voz de Jason detrás de la puerta. Así que sin vaciles, abrimos la puerta y entramos. La estancia estaba desordenada, pero eso no era ninguna sorpresa la verdad. Lo raro es que Jason estaba sin camiseta, y lo más raro aún es que había una de las camas que estaba desecha. Sinceramente, era todo muy extraño...
-Bueeeno- dijo Jason para romper el incómodo silencio que se había formado - ya sé que ha sido muy raro, os lo puedo explicar.
-Si si explica, tenemos todo el día así que...- le corta Leo con una sonrisa en su cara.
-Pfff- suspira Jason- El caso es que estaba a solas con Piper y me estaba ayudando a ponerme el traje, y si, me he tenido que desvestir hasta ponerme en calzoncillos y claro no he podido resistirme más y la he empezado a besar. Solo nos estábamos besando, no ha llegado a nada más, todavía no queremos dar ese paso, ya está, no hay más- acabó esa frase encogiéndose de hombros.
-Vale tio, no te preocupes- le digo mientras me recuesto contra la pared. -Simplemente veníamos a ver si nos podías ayudar a conseguir unos trajes de nuestra talla para la fiesta de mañana.
-Si tio, hemos deducido que en vaqueros parece que no se puede ir- recalca Leo a su vez que ensancha su permanente sonrisa.
-Yo ya tengo el mío, si queréis ahora voy a ver donde los puedo conseguir, ¿vale?- Nos dice despreocupadamente mientras se sienta en la cama desecha.
-Si eso por la tarde los tendré asi que os llamaré, vosotros no os preocupéis, ya me devolveréis el favor...-
-Vale tio muchísimas gracias- Y seguidamente damos media vuelta para salir de la cabaña cuando Jason nos llama por ultima vez.
-Por favor lo de antes, no lo vayáis contando por ahí...- Nos medio suplica con cara de preocupación.
-No pasa nada tio, no te preocupes- Y rápidamente salimos de la habitación, donde se separan nuestros caminos y cada uno se va a hacer sus cosas.
Yo seguía dándole vueltas a lo de mantener relaciones. La verdad es que ya había pensado en ello, y sobre todo en Annabeth, pero claro, acaban justo de empezar a salir y no era plan...
Tenía que admitir a Annabeth ya le había empezado a interesar desde hace un año, y a veces había pensado en ella de una forma mucho más íntima (ya entendéis a lo que me refiero...). Esas eran las ventajas de tener una cabaña para tí solo...
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Percabeth •Qué pasó después•
FanfictionEn esta historia se relata qué pasó después de la batalla contra Cronos. Una historia 100% Percabeth en la que lograrán pasar por pruebas su amor, ¿serán capaces? Espero que os guste este Fanfic de Percabeth. 12/9/2016 - ....