CAPÍTULO 4 : EL PINCHAZO

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CAPÍTULO 4 :

Cuando Moana llegó a la cafetería, estaban allí Elsa, Anna, Kristoff, Hans y Rapunzel.

- ¡Hola chicos! - Saludó a todos, de igual manera le saludaron a ella.

- ¿Cómo lo llevas Moana? - Preguntó Hans de forma familiar.

- ¡Bien! Hoy di mi primera clase de arqueología. - Dijo Moana.

- ¿Y que tal con Maui? - Preguntó él pelirrojo.

- ¿Le conoces? ¿Das clase con él? - Preguntó Moana.

- Jugamos juntos al hockey. - Informó Hans.

- ¡Anda! ¡Vaya sorpresa! Pues bien la verdad y como estoy yo sola como alumna de optativa, las clases prometen. - Dijo Moana.

- Maui es un tío legal, seguro que no te pone la soga al cuello en una optativa. - Dijo Hans.

- Eso espero, porque no hemos empezado con buen pie. - Dijo Moana con un soplido.

- ¿Por qué? - Preguntaron Rapunzel y Anna al mismo tiempo.

- Bueno antes de dar clases coincidimos la noche que fuimos todos juntos a la discoteca y no empezamos con buen pie. - Informó Moana.

- ¿Pero que pasó? - Preguntó Elsa, aunque era lo que todos estaban preguntadose.

- Pues que me tocó el culo cuando iba al baño. - Frunció el ceño Moana.

- Bueno ahora esta en su trabajo, seguro que es mucho más serio. - Dijo Kristoff.

- Sí, parece que si. - Afirmó Moana.

- ¡Qué raro! No parece de esos tíos. - Dijo con  gesto extrañado Hans.

- ¡Pues si lo es! - Dijo Moana.

- No he dicho que no, solo que me parecía de otra forma. - Aclaró Hans.

- ¿Moana te apuntas hacer las clases de teatro por las tardes? - Preguntó Anna.

- ¿Qué clases de teatro? - Arqueo una ceja.

- Por las tardes se hace el taller de teatro, eso no va por clases, solo se forma el equipo de teatro ¿Te apuntas? - Preguntó Elsa.

- No puedo, después de la uni tengo que estudiar y además las clases de baile. No voy a cargarme con nada más. - Dijo la hawaiana.

- ¿Tú bailas? - Preguntó Rapunzel sorprendida.

- Sí, claro. - Dijo sonriendo Moana.

- ¡Yo quiero verte bailar! - Dijo con entusiasmos Anna.

- Yo también. - Sonrió Elsa.

- ¿Qué bailas? - Preguntó Hans.

- Ritmos latinos y contemporáneo, depende la actuación. - Respondió Moana.

- ¿Pero das recitales, actuaciones y algo así?  - Preguntó Kristoff.

- Claro que si.

- ¡Pues nos apuntamos a la próxima! - Dijo sin pensarlo dos veces Rapunzel.

- ¡Esta bien! - Rió Moana, ante la efusividad de su amiga.

El resto de quedada, estuvieron hablando, gastando bromas, etc...

Moana volvía a su casa por carretera, cuando sintió como su rueda izquierda pinchaba con algo, paro el coche a un lado de la carretera, ocupando el arcén de tierra. Cuando bajo vio un enorme clavo, ensartado en el neumático.

- ¡Joder, perfecto! - Farfulló para si misma, Moana tenía rueda de repuesto y herramientas en el maletero, así que se dispuso a cambiar la rueda.
Cuando quiso desatornillar las roscas de las ruedas, el calor del metal las había dilatado tanto que no pudo desatornillarlas. Después de varios intentos, buscó su móvil y llamó a la compañía de su seguro. Moana pidió que un mecánico de la compañía se presentara en el lugar, para cambiarle la rueda. Asistencia en carretera le pidió que aguardara junto a su vehículo.

La aseguradora no se dio prisa en llegar, Moana llevaba casi una hora esperando, cuando un coche se desvío y paró detrás de ella en el arcén. Un hombre de aproximadamente unos cincuenta años bajó del coche, tenía poco pelo y la piel rojiza.

- ¡Hola preciosa! - Dijo llevándose las manos al cinturón. - ¿Necesitas ayuda?

- No, ya viene mi mecánico, gracias. - Dijo Moana educadamente.

- ¡Dejame echar un vistazo. - Dijo acercándose a Moana.

- Qué no hay nada que mirar, solo es una rueda. - Dijo Moana con cara de pocos amigos, ante el tono del desconocido.

- ¡Menuda carácter muñeca! - Sonrió con picardía.

- ¡No me llames muñeca! ¡Y pirate ya, puto pesado! - Dijo frunciendo el ceño.

- Saca las uñas gatita. - Dijo el extraño con tono burlesco. Moana iba hablar cuando una voz masculina irrumpió.

- ¡Te ha dicho la señorita que te largues! ¿Prefieres hacerlo por las buenas o por la malas? - Fue cuando Moana se dio cuenta que detrás de la camioneta del desconocido de encontraba otro coche. El desagradable hombre miró al nuevo intruso con gesto de pocos amigos y tras examinar por un segundo las dimensiones de su gigantesco cuerpo, subió a su camioneta y se marchó de aquel lugar.

- ¿Estás bien? - Preguntó Maui mirando a Moana.

- Sí, gracias. - Dijo ella.

- ¡Anda! Dejame que te eche una mano con eso. - Dijo Maui observando la escena. Abrió el maletero de Moana y busco la rueda de repuesto, sacó de su coche un gato (Herramienta) y la llave para cambiar la rueda, Maui cambió la rueda. Moana estaba en silencio, mientras su profesor trabajaba.

- Esta ya está Moana. - Dijo asegurándose de apretar bien las tuercas.

- Gracias Maui, llame hace rato a asistencia en carretera, pero aún no han llegado. - Dijo ella.

- No pasa nada, has tenido suerte de que pasara por aquí. - Sonrió Maui.

- ¡Te veo mañana en clase! - Dijo Moana, mientras abría la puerta del coche.

- Hasta mañana Moana. - Dijo Maui.

Moana arrancó y volvió a ponerse en circulación, Maui sonrió para si mismo e hizo lo mismo.

LA UNIVERSIDAD (Moana & Maui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora