Chack Tales

Eclipse

Lamentablemente sus labios no pudieron terminar de juntarse, pues el aleteo de un halcón le alertó a Chase que tenía que irse.

—¡Tsk! Maldita sea, nos vemos dentro de dos días, Jack— Y dicho esto se alejó de la residencia de Spicer lo más rápido que pudo.

El adolescente permaneció donde estaba y observó a Chase hasta que se perdió entre los árboles. Sus piernas ya no dieron para más y cayó de rodillas al suelo. ¡Qué rayos acababa de ocurrir! Se sentía emocionado por la declaración de Chase, frustrado por no concretar ese beso, embobado porque era la primera vez que lo llamaba por su nombre pero a la vez un mal presentimiento lo invadió... ¿acaso fue una despedida?

En ese momento estaba seguro de dos cosas: Amaba a Chase desde su infancia y no quería que nada malo le pasase. Necesitaba respuestas, aunque ya tenía una ligera sospecha de lo que estaba pasando, y sabía quien podía responderlas. Se puso las gafas que siempre tenía en la cabeza y miró hacia el Sol ahora ocultado por la Luna: el eclipse había comenzado.
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Al parecer, hoy no era un buen día para el Heylin. Su parte dragón desapareció por completo a la mitad del camino y una parte de sus energías también. Ni si quiera había podido llegar a su guarida cuando vio a un "viejo amigo" bloqueando el acceso a su territorio.

—¡Vaya, pero si es Chase Young!, ha pasado mucho tiempo desde que peleamos juntos, ¿no es así?— le dijo un hombre corpulento con una sonrisa tétrica y una mirada de odio en el rostro— Aún recuerdo claramente el día que me traicionaste como si hubiera sido ayer—
—Por poco no te reconozco con esa apariencia, Hannibal, al parecer conseguiste un buen Shen gong wu esta vez— le dijo Chase con mucha tranquilidad — Dime, ¿qué te trae por aquí?—
— Ya es hora de saldar nuestras cuentas, y qué mejor oportunidad que durante este eclipse ¿No lo crees, traidor?— Rápidamente Hannibal lanzó un golpe que fue esquivado por Chase fácilmente.
—¿Eso es lo mejor que tienes, frejolito?—Ni bien terminó de decir eso sintió una presencia detrás de él, mas no pudo reaccionar a tiempo y una patada le fue propinada en el estómago.
—Hola Chase, ¿me extrañaste? Debo admitir que para tener mil años y con tus poderes debilitados, has aguantado muy bien el golpe—
—Wuya, creo que tú no eres la indicada para decir eso vieja bruja— Chase aún mantenía su soberbia sonrisa en el rostro— Veo que incluso con una ventaja sobre mí han tenido que trabajar juntos, qué lástima—
—Miserable, veamos si mantienes esa estúpida sonrisa hasta el final— dicho esto, los aliados se abalanzaron sobre el ojidorado— Esta vez no habrá piedad alguna—

Chase no se dejaría derrotar fácilmente; después de todo, todavía tenía muchas cosas que hacer... como volver a ver a cierto pelirrojo.
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Sinceramente, Jack sabía que los guerreros Xiaolin no lo aceptarían con los brazos abiertos al verlo llegar a su templo, pero ¡¿amarrado con varias cuerdas?!, eso era demasiado incluso para ellos. Estaba seguro que esa era idea del pervertido de Raimundo.

Después de explicarles a los chicos que no había ido a robar, estos lo soltaron con la duda en sus ojos hasta que Jack les preguntó dónde estaba el maestro Fung. Los monjes lo guiaron hasta él y Jack le preguntó algo que internamente ya sabía.

—Al parecer, cada vez que ocurre un eclipse, Chase Young pierde sus poderes y algunos villanos se aprovechan de ello; nunca ha sido vencido, pero se rumorea que Hannibal ha escapado de su prisión y no está solo.—

—Maestro Fung, no podemos permitir que lo derroten.—dijo Omi quien se hallaba preocupado por la situación y, aunque no lo quisiera admitir, por Chase Young — Eso solo causaría que otros villanos se rebelen y ocurra un desbalance entre el bien y el mal. Nunca pensé que diría esto, pero permítame ayudar a Jack Spicer, por favor—

Sin queja alguna, el monje y el adolescente del mal partieron del templo. Ya faltaba poco para que acabe el eclipse, Jack solo esperaba que el Heylin estuviera bien.
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¿Cuánto tiempo habría pasado ya? ¿Una hora?¿ Cinco minutos? Lo único que sabía era que ya se estaba quedando sin energías y su cuerpo estaba muy debilitado. Necesitaba descansar un rato, mas Wuya y Hannibal no se la dejarían fácil. Estaba seguro que en el momento en que se desplome en el suelo, esas dos sabandijas irían tras su cabeza.

Ya no podía resistir más, pronto caería un grande. Mientras esquivaba los ataques de sus oponentes, se puso a meditar sobre su vida: cuando empezó como guerrero Xiaolin, cuando se volvió un Heylin y bebió la inmortalidad (cuyo único defecto ocurría en una fecha como esta), sus miles de años en solitario sin nadie en quien confiar...hasta que lo conoció .

Esbozó una ligera sonrisa y esperó el golpe de Hannibal. Hubiera querido ver a Jack una vez más.

—Acabemos de una vez por todas, bastard—

No acabó su frase pues un gran chorro de agua lo derribó por completo y a Wuya también.

—Lo siento, señor frijol, pero será mejor que se vaya antes de que pida refuerzos— era Omi, lucía tan confiado como siempre.

—No juegues conmigo, mocoso, no sabes con quién te estás metiendo—

—Te lo advertí, ¡ahora!—

Inmediatamente, decenas de Jackbots cayeron del cielo y el genio del mal venía sobre uno de ellos con su típica risa malvada de siempre.

Omi se acercó a al Heylin y lo ayudó a levantarse, para después susurrarle al oído "fue idea de Jack Spicer".

Chase estaba completamente asombrado, nunca se esperó que Jack viniera a ayudarlo y en especial de una manera tan... Jack. Definitivamente, estaba loco por él.
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Después de una épica batalla llena de robots, sheng gong wus y la restauración de los poderes de Chase, Hannibal y Wuya huyeron de ahí con la clásica promesa de vengarse.

Omi, quien había estado observando la interacción entre Chase y Jack durante la pelea, notó que había algo más entre ellos que solo una relación aprendiz- maestro, pero creyó que solo era su imaginación; por lo que se despidió recibiendo una palmada en su cabeza por parte del mayor y un "gracias, bola de queso" por parte de Jack.

Ya cuando estuvieron a solas y regresaron a la guarida Jack intentaba examinarlo para ver qué tan graves eran sus heridas, ¡y vaya que eran muchas!

—¡Chase tienes que vendarte las heridas!—
—Estoy bien gusano, sanarán en un par de días, no soy como los demás humanos—
—Pero aún así estás muy lastimado, déjame curarlas o empeorarán —
—Cómo molestas, está bien puedes acercarte—le dijo Chase que se encontraba recostado en una silla.

Cuando Jack estuvo a escasos centímetros de él, el pelinegro lo miró directamente a los ojos y se inclinó lo suficiente para que por fin sus labios se juntaran. Fue un beso lento, lleno de sentimientos por parte de ambos; al principio, Jack se quedo estático y con los ojos totalmente abiertos, pero luego los cerró y correspondió tiernamente. Sin duda era un momento especial.

Después de unos minutos, se separaron un poco y Chase se acercó a su oreja para susurrarle algo.
—Gracias por salvarme, Jack—

Quien diría que ese sería el primero de muchos besos.